Sublime

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

Manuel (Martín Miller) tiene 16 años y hace las cosas “normales” de un chico de esa edad: sale con sus amigos, tiene una banda de música con la que pasa largas horas ensayando, vaguea por las calles con la tranquilidad de quien tiene toda la vida por delante y vivencia sus primeras experiencias románticas. Una serie de experiencias a la que le sumará una nueva cuando empiece a sentir algo más que amistad para con Felipe (Teo Inama Chiabrando), ese amigo de toda la vida que es casi un hermano, como demuestra el video casero hogareño de un cumpleaños de cuando ellos eran chicos con que inicia la ópera prima de Mariano Biasin

Estrenada en la sección Generation 14plus del Festival de Berlín, Sublime presenta un espíritu similar a Las buenas intenciones, una conexión que la presencia del actor Javier Drolas como padre comprensivo y melómano no hace más que reforzar. Como en la ópera prima de Ana García Blaya, Biasin hace de la música una manera de comunicación, poniéndole sonidos y palabras a aquellos sentimientos y sensaciones que los personajes no quieren o no pueden decir. O ni siquiera lo saben, en tanto Sublime es un coming of age donde el descubrimiento está a la orden del día.

Biasin observa a sus protagonistas adolescentes con la misma frescura con que ellos enfrentan sus situaciones diarias. Si bien en algunos diálogos se notan las costuras de un guion de hierro, hay en los actores una fluidez en sus movimientos y gestos notables. Porque Manuel y Felipe tendrán sentimientos encontrados, complementarios a la vez que opuestos, pero en ningún momento asoma la sensación de prohibido. Si hay algo en común en ellos, es una sensación de miedo ante la potencial pérdida del vínculo con el otro y el rechazo ajeno.

Sublime registra una adolescencia mayormente diurna y luminosa, apoyándose en los escenarios costeros donde transcurre la acción. El resultado es un film que hace de la comprensión una norma, que acompaña con lealtad a esos chicos para quienes la vida podría convertirse en algo distinto a lo que fue. Distinto y, muy probablemente, mejor.