Steve Jobs

Crítica de Pablo Cuevas - Loco x el Cine

Cuando pensábamos que ya nos sabíamos de memoria los acontecimientos más importantes de uno de los genios contemporáneos más famosos, es genial llegar a la sala de cine y ser gratamente sorprendido por una película no sólo dramáticamente intensa, sino visualmente estimulante y emocionalmente avasallante. Danny Boyle vuelve a la narrativa visual sin descanso que lo ha caracterizado siempre (esta producción tiene un ritmo comparable al de Trainspotting o Slumdog Millionaire), y haciendo dupla con uno de los mejores guionistas que pueda haber en la actualidad, Aaron Sorkin (The Newsroom, La Red Social), el resultado de unir estos talentos es simplemente maravilloso.

La estética visual de Danny Boyle nos transporta efectivamente a los tres momentos más importantes en la carrera de Steve Jobs, y construye la trama dividiéndola en tres actos, cada uno logrado de manera estupenda gracias a las actuaciones de Michael Fassbender y Kate WInslet. ¿Por qué no incluyo a Seth Rogen? Pues digamos que ya se interpreta a sí mismo y realmente no aporta nada en su encarnación de Steve Wozniac. A pesar del anterior detalle, el guión se las ingenia para darle un balance perfecto a las participaciones de todos los personajes y logra envolvernos en el estrés que Jobs causaba en sus empleados cuando se trataba de lanzar una nueva computadora.

Lo que resulta interesante de este filme, es que los sucesos más conocidos en la vida de Steve Jobs (como la eterna batalla legal por su hija o su liquidación de Apple) pasan a segundo plano y nos enfocamos en el Steve que todos odiaban, de cómo a pesar de ser un genio, para ciertas cosas siempre necesitó mucha ayuda, y de cómo fue alejando personas de su vida debido a su insoportable coportamiento. Esta película cuestiona la figura del hombre revolucionario y desnuda a la persona que había detrás, nos hace preguntarnos qué fue realmente lo que hizo él para que sus productos lograran funcionar. Y el mismo Fassbender nos contesta: “Los músicos tocan sus intrumentos, yo toco la orquesta”.

Steve Jobs no sería la misma obra de no ser por la excepcional partitura de Daniel Pemberton, que logra a través de su score, ser la compañía perfecta para los constantes momentos de tensión que contiene la película, en especial en temas como “Jack it up” y “Father (Child)“, que son a los que hay que poner atención cuando estés viendo la película. Steve Jobs es sin duda una de mis películas favoritas del año, y es una gran opción si en estos días ya te cansaste de hablar y ver El Despertar de la Fuerza. Si éste es el Danny Boyle que regresó, ¡ya no puedo esperar más para Trainspotting 2!