Steve Jobs

Crítica de Matías Lértora - Cines Argentinos

Definitivamente Steve Jobs es la figura más resonante de la “mítica moderna”, y por lo tanto saldrán decenas de libros, documentales y biopics. Ésta es la segunda (la primera fue Jobs, 2013, protagonizada por Ashton Kutcher y dirigida por Joshua Michael Stern).

Y aquí es donde se nota mucho el talento y la mano del director en comparación al primer intento, porque Danny Boyle se hizo cargo de este proyecto que inició muy mal parido y que contó con grandes realizadores y actores en el proceso (la dupla David Fincher y Christian Bale fue la que estuvo más cerca), y lo sacó a flote muy bien.

Lo que es muy piola de este estreno es su estructura, los tres actos en los cuales el film está dividido: las presentaciones de Macintosh (1984), Next (1988) y iMac (1998).

Cada una con su detrás de escena tanto en lo profesional y personal haciendo un buen reconto de su vida pero por sobretodo de sus problemas y la relación con su hija.

Por momentos el espectador odiará a Jobs y hará caer esa imagen que se tiene de él así como también lo comprenderá y entenderá que el tipo era único y un verdadero genio.

La labor de Michael Fasssbender es realmente muy buena pese a que el parecido físico con el Jobs real no es muy fiel, más aún cuando es joven. Pero eso poco importa por la intensidad y carisma que le pone.

Kate Winslet también hace un gran papel y gran acompañante del protagonista en las mejores escenas.

Por su parte, Seth Rogen y Jeff Daniels aportan lo justo y sus personajes son conductores para darle matices y más dimensionalidad al fundador de Apple.

El buen nivel actoral acompañado por una propuesta estética retromoderna y un gran dinamismo hacen que Steve Jobs sea una película más que interesante para ver.

De a poco la figura de este genio se va agrandando y mitificando, este estreno es un testimonio más, pero uno muy bueno.