Steve Jobs

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

La leyenda del indomable

Tan sólo dos años después del malogrado filme dirigido por Joshua Michael Stern, protagonizado por Ashton Kutcher en 2013, se estrena ahora una nueva versión sobre la vida del co-creador de la empresa Apple.

Aquella tentativa por figurar la vida del ininteligible Steve Jobs en la que se intento jugar desde el titulo con el apellido y su vocación hacia el trabajo, terminó siendo sólo una mezcla de representaciones descontextualizadas, sin empatia, ritmo e interés, más allá del esfuerzo de los actores por sostener un texto anodino.

Este nuevo acercamiento al personaje no procura revelar el recorrido de Steve en relación a la constitución de su personalidad, pone todo el énfasis en tres momentos míticos en su vida.

Cada exposición se transforma en punto álgido de sus conflictos personales, su incapacidad para darse por vencido, y sus relaciones afectivas en las que coinciden vidas relevantes en la de Jobs, y en las que se utiliza el recurso de flash back para mostrar el origen de esas relaciones con imágenes muy concretas, muy bien elaboradas, y de rápida resolución.

Estas serían la presentación de Macintosh en 1984, un fracaso comercial por lo que termina quedando fuera de la propia empresa que fundo. En 1988 la presentación de Next, un nuevo concepto en ordenadores personales conocida como “El Cubo”, que tampoco tuvo la repercusión económica deseada, para terminar en 1999, luego de regresar como presidente de Apple en 1999 en la presentación de la Imac. Sucesos precisos puestos de relevancia a partir de sus relaciones afectivas, principalmente su hija Lisa.

Esto terminó por provocar que el filme se vea desparejo pues tuvo que recurrir a dilucidaciones varias en relación a verdades históricas, al mismo tiempo darle más solidez desde la estructura narrativa, de la mano de su director Danny Boyle.

Éste director ingles tiene como característica principal llevar adelante sus relatos con un ritmo frenético, por momentos opresivo, utilizando un montaje de planos cortos, rápidos, sin embargo el guión del ganador del premio de Hollywood Aaron Sorkin lo enfrentó a la imposibilidad de su estilo y a la búsqueda de una forma diferente de narrar. Al mismo tiempo que debía sortear la previsibilidad de aquello que todo el mundo conoce de la vida de un personaje tan público como el creador del Ipod.

En este caso, además plagado de diálogos y con poca recurrencia a grandes movimientos de cámara y/o a los cortes rápidos con montaje acelerado.

El sostenimiento del interés de la narración se encuentra en las relaciones interpersonales entre Steve Jobs (Michael Fassbender, excelente) y su compañero desde la primera hora Steve Wozniak (Seth Rogen, de buena performance), o con quién fuera el presidente de Apple, John Sculley (Jeff Daniels, siempre eficiente), su hija Lisa según pasan los años (Makenzie Moss, Ripley Sobo, Perla Haney Jardine, 5, 9 y 19 años respectivamente), lo que determina un muy buen casting, y que la otra pata sostén se encuentra en las actuaciones, con una extraordinaria actuación de Kate Winslet en el rol de Joanna Hoffman, su asesora legal y leal de toda la vida. La escena en que ella le declara su admiración y su amor incondicional asexuado, es una muestra cabal. Para muestra basta un botón.

Por supuesto que no podría pasar inadvertido el diseño sonoro, cada escena tiene en su haber una composición musical de una delicadeza informal en función climática que parece pasar desapercibida, pero que sin ella se desbarrancaría en lo anodino.