Step Up 4: La revolución

Crítica de Patricia Relats - El Espectador Avezado

Tengo que confesar que me encantan las películas “de baile”. Si bien nunca tuve constancia para aprender, bailar me encanta y ver esos números súper preparados siempre me atrapa. O sea, lo que todo el mundo detesta o le aburre soberanamente, a mí me encanta.
Siendo la entrega número cuatro (y sí, vi todas), esta conserva el mismo ¿Argumento? En el que el chico pobre se enamora de la chica rica que es estudiante de baile. Ella tiene toda la técnica pero requiere de imaginación y para eso, el baile callejero de él, viene muy bien.
Sean vive en un barrio de Miami que no es de los más lindos. Junto a sus amigos organizan números de baile urbanos al estilo manifestaciones, metiéndose en galerías de arte, edificios o en plena calle. Están organizados como si fuera un ataque pero más allá de una puesta artística, no pasa nada. Hasta que un empresario amenaza con destruir el barrio en el que él y sus amigos crecieron y para eso cuentan con una nueva aliada, Emily, que es la hija del magnate.
Las actuaciones mucho no cuentan, honestamente. Los chicos son grandes bailarines (entre ellos podemos ver a uno de los que había quedado seleccionado para This is It, de Michael Jackson) y los sets rondan siempre en bares donde se baila salsa o calles en las que se baila hip hop. Peter Gallagher es el único actor conocido realmente. Como siempre, es un tipo querible pero no hace demasiado por el film. Tal vez porque no baila.
De más está decir que son números de baile extensos y muy bien puestos. Es la que más me impresionó en cuanto a la puesta porque en este caso el protagonista tiene un grupo de baile de aproximadamente 50 personas en el que se hacen escenas simultáneas con luces, elementos diversos y plataformas para diferentes niveles.
Scott Spreer, que es el encargado del proyecto, ya ha demostrado sus cualidades filmando grupos de baile en ocasiones anteriores y creo que es el valor agregado de esta entrega.
El director logró captar esas escenas y los elementos y hacer el baile todo lo sugerente que la pareja principal no puede transmitir por sí sola. La idea de que con un par de bailes se puede manifestar una idea y un mundo en el que se quiere vivir siempre me ha resultado poderosa. Lo bueno del arte son esas infinitas posibilidades y que el mensaje, si está bien pensado, es realmente simpática…me gustaría decir que realmente termina estando bien lograda.
Imponente…claro, si son como yo y aman las películas de bailes. Entretenida sin más.