Stefan Zweig: adiós a Europa

Crítica de Federico Ignacio Bazán - Cuatro Bastardos

[REVIEW] Stefan Zweig, adiós a Europa: Lejos de casa.
Se estrena una biopic sobre el intelectual austriaco Stefan Zweig, centrado en los años de exilio del famoso escritor y activista social.

Estando tan lejos de casa

recordamos el amor al que de ser

un nativo de ese barrio padre

que también nos vio crecer

“Lejos de casa”- A.N.I.M.A.L.

Stefan Zweig como judío se vio obligado a huir de su país debido al régimen nazi. En esta película biográfica seremos testigos de sus profundos conflictos con respecto a esa decisión, además de deambular por la mente de uno de los personajes más destacados del siglo XX. Al ser una biopic, el espectador más interesado en la vida de este hombre será el que ya conozca el trayecto de su huida, donde se refugió en París primero y, más tarde, en Londres, pero Zweig luego acabó huyendo junto a su esposa a Sudamérica, instalándose finalmente en Brasil.
Aquí comienza el film, en el país contiguo a la Argentina, con un hermoso plano estático que nos muestra una mesa colorida y elegante siendo preparada por sirvientes. La fotografía del film es algo que se destaca en el trayecto, exhibiendo el estridente color verde de la selva brasilera.
La dirección por parte de Maria Schrader (Aimée & Jaguar) la cual también es guionista, sobresale por momentos, retratando el dilema de Zweig con planos metódicos, con otro plano secuencia bellísimo e inteligente hacia el final del film, el cual involucra un espejo y la aparición de Gabriela Mistral. Además de la mencionada escena del comienzo donde resume todos los pensamientos de Zweig con respecto al rompimiento de barreras en lo cultural de cada país del mundo.
Los primeros minutos de la película son los más interesantes ya que nos presenta la visión de Zweig ante lo sucedido en Alemania, y la vida que conlleva. En Brasil, el escritor, frente a muchas personas alrededor de la mesa, expresa su pensamiento y deseo de que haya paz en todos lados a pesar de las diferencias culturales, además de declarar que ve a Brasil como el futuro debido a su brillante manera de mezclar culturas.
Lo atractivo del film también sucede en Septiembre del 1936 en Buenos Aires cuando el escritor visitó nuestro país para realizar conferencias de escritores. Allí tuvo reportajes con periodistas de diferentes países los cuales querían que opinen sobre Alemania, la que parece que se prepara para la guerra, debido al desenvolvimiento de Hitler. Pero él se negaba a declarar estando tan lejos de allí, expresándose con palabras dignas de un culto que deja en claro su pensamiento. Durante esta etapa hay varias frases dignas de anotar.
Sin embargo su semblante emocional tambalea durante la película, al igual que el guion y la forma de contarnos mediante el uso de la cámara la cual resulta bastante soporífera por momentos. Pasamos de ir a Brasil en 1941, para ir a Nueva York y volver a Brasil, a la bellísima Petrópolis, el mismo año. En las tres separaciones narrativas Zweig es perseguido por su pasado, su país y amigos que quedaron al otro lado del océano.
Algunas situaciones son poéticas gracias a la estupenda actuación de Josef Hader, intentando mostrar la culpa, la angustia, que sufre él, arrastrando a la película lo más que puede.
La cámara con sus limitaciones traslada al espectador lo que Stefan Zweig percibe y siente durante todo el transcurso de la película, donde la pérdida de la identidad y la esperanza hace que la tristeza se vuelva un infierno cotidiano. Queda en el espectador que conozca o no al escritor si esto le parecerá interesante la historia de vida que intenta contar.