Stefan Zweig: adiós a Europa

Crítica de Catalina Dlugi - El portal de Catalina

Lejos de la tradición de las “biopics”, el trabajo de la directora María Schrader, guionista junto a Jam Schomburg se centra en dilucidar lo que le ocurrió a Stefan Sweig, el famoso escritor de comienzos de los años 20 y 30 del siglo pasado, que se alejó de la Europa en llamas de la guerra, del nacimiento y dominio de Hitler, para vivir con dolor, culpa y compromiso su posición intelectual. No se detiene en sus obras, las soslaya. Y elige comenzar con una definición del escritor cuando en Buenos Aires, en una reunión, en el cenit de su fama le piden una condena al régimen de Hitler, el considera que un escritor no debe conectar con la política y justifica su actitud diciendo “Cada gesto de resistencia que carece de riesgo o impacto no es más que un grito de reconocimiento”. El film muestra de manera sombría e intransigente cuando le costó a este intelectual esa afirmación. Pero tampoco arriesga suposiciones sobre el valor de esa condena al nazismo en la voz de uno de los escritores de fama mundial en ese momento. Lo cierto es que el nunca se arrepintió, o al menos no dejó registro escrito. Con una gran actuación de Josef Hader, encarnado al escritor judío y austríaco, con la intensa Bárbara Sukowa como su ex esposa, que funciona como la voz de su conciencia, la película se muestra meticulosa, rigurosa sobre ese transitar del escritor consagrado, sensible a los halagos, pero de una gran inteligencia para percibir cuánto puede y cuando ha dejado de hacer para salvar a sus amigos de las atrocidades de la guerra. Y como sus fantasmas, su desilusión, su cansancio moral lo conducen inexorablemente al suicidio.