Star Wars: El ascenso de Skywalker

Crítica de Alan Prince - CineFreaks

Conclusión… ¿épica?

“Voy a terminar lo que empezaste” oraba Kylo Ren al casco chamuscado de Darth Vader en El despertar de la fuerza. Tal como esa frase J.J. Abrams no solo tuvo la tarea de continuar un final que ya estaba establecido sino también la trilogía que había comenzado.

Tenía demasiada presión, entre ellas redimir lo que había ocurrido con Los últimos Jedi, por lo que optó por reducir a cameos aquellos personajes introducidos en aquella entrega y como no, redefinir el origen de Rey, pero eso ya es terreno de spoilers, que no les quiero arruinar.

Sumado a esa tarea, debía darle un final correcto al arco de los Skywalker, una franquicia que había comenzado en 1977, una trilogía de trilogías. Demasiada presión para el pobre de Abrams.

Como recurso, el factor nostalgia; algo que vimos en las entregas previas fue uno de los tantos elementos: introducir personajes nuevos con el fin de dejar posibles pistas hacia más entregas fueron su fuerte.

Sin embargo esa fórmula funcionó bien en El despertar de la fuerza, pero dos episodios después eso se vuelve un tanto previsible, seguido por una muerte importante y un viaje a lo Indiana Jones. Todo ya lo vimos.

Es difícil analizar el filme por sí solo, sin pensar en trilogía. Aunque debo decir que al menos a nivel argumento supera apenas a Los últimos Jedi. Pero luego, esta nueva trilogía no deja de ser la más floja de las tres.

La magia de Star Wars era las entregas correlativas, relacionadas entre sí, que podías disfrutarla como una película dividida en tres partes. Si cambiás eso, matás la mística de la serie. No sólo no había relación sino que parecía que entre los directores nunca hubo acuerdo y en este aspecto Disney otorgó demasiadas libertades a la hora de explayarse.

En cuanto a los personajes, se suponía que debían ser quienes continuaran el legado que les habían dejado. Rey logra salir airosa, seguida de Kylo Ren, aunque Poe y Finn no dejan de ser personajes metidos como para contentar a ciertos sectores. De hecho no me molesta eso, sino que nunca logran despegarse por sí solos por lo que siempre se recurre a la dependencia de los personajes ya conocidos.

Pero no todo es malo en esta saga, debo decir que la magia de Abrams por resucitar a Carrie Fisher es algo aceptable aunque tampoco es la genialidad que fue la “resurrección” de Peter Cushing en Rogue One. Las secuencias de acción y como digo, el factor nostalgia, dedicado a aquellos fans clásicos, son el fuerte de esta entrega, donde las nuevas generaciones pueden quedarse un tanto excluidas. Y por último destaco que al menos la entrega tenga un poquitito más de personalidad en quitar los chistes que nos remitía a las películas Marvel.

Conclusión, no es uno de los mejores trabajos de Abrams; sí es un gran director y sigo amando El despertar de la fuerza, que tuvo impacto en los revivals de Jurassic Park y Terminator.