Sr. Link

Crítica de Santiago García - Leer Cine

Sr. Link es un film de animación stop-motion, una técnica artesanal que hoy pocos usan y que sigue dando, sin embargo, algunas obras maestras. Laika, el estudio productor de este film, ha prestado servicios para grandes títulos, pero su mayor mérito es el haber sido responsable total de un film imprescindible y definitivo como Coraline y la puerta secreta (2009). También son los creadores de las magníficas ParaNorman (2012) y Kubo y la búsqueda del samurai (2016).

Sr. Link (Missing Link, 2019) es una comedia de aventuras entretenida y adorable por donde se la mire. Sir Lionel Frost (con la voz de Hugh Jackman en la versión original en inglés) es un aventurero e investigador, cazador de criaturas míticas, consideradas inexistentes por la mayoría de sus contemporáneos. El año es 1886 y Frost, junto a su ayudante, se adentran en el Lago Ness buscando nada más y nada menos que al monstruo, el famoso Nessie.

Las peligrosas aventuras de Frost, su obsesión con la aventura y su egocentrismo, lo llevan a correr toda clase de riesgos y buscar aventuras cada vez más extremas y difíciles. Preocupado por no pertenecer a un cerrado y elitista grupo de aventureros de Londres, juega con uno de ellos una apuesta: volver de Estados Unidos con la prueba irrefutable de la existencia de Pie Grande. Pero ni la aventura es sencilla, ni su enemigo querrá que él consiga su objetivo.

Al más puro estilo de las novelas de Jules Verne, la película cuida todos y cada uno de los detalles que pertenecen a ese universo. Aventura sin vueltas, sueños del siglo XIX, personajes inolvidables y sorpresas deslumbrantes. Todo esto con mucho sentido del humor y la siempre abrumadora belleza de los films del estudio Laika. Y clara, aparece Pie Grande, pero no es el monstruo horrible que todos esperan. Relectura también del choque entre mundos, historia de una amistad, Sr. Link es uno de los mejores films del año, una joya absoluta que parece fuera de época y a la vez no. El cine aún puede entregarse a la aventura sin tanto exceso y sin necesidad de guiños que generen distancia o cinismo con respecto al material elegido. La aventura está en marcha, quedan todos invitados.