Spy, una espía despistada

Crítica de Santiago García - Tiempo Argentino

Comedia de espionaje con gracia femenina

Melissa McCarthy sostiene este film por su notable capacidad de hacer reír. Un despliegue de producción gigantesco que no está al servicio de las deslucidas actuaciones de la mayoría.

Las parejas desparejas, los agentes secretos menos esperados al frente de una misión, todos tópicos de comedias con algo de acción y resultados desparejos. Desde lo sublime a lo insufrible, la comedia de agentes secretos lo ha transitado todo. El nombre local de Spy con el agregado de Una espía despistada no ayuda demasiado a tomársela en serio. Sin embargo, el director es Paul Feig y eso ayuda. Feig dirigió dos grandes comedias con mujeres: Damas en guerra y Armadas y peligrosas, en ambos films demostró un enorme timing de comedia y también una gran capacidad para poner en pantalla los mejores personajes femeninos de comedia en mucho tiempo. Hay mujeres completas en sus comedias. Completas significa que no son personajes secundarios o con poco movimiento. Feig desacraliza el cuerpo femenino a la vez que reivindica elementos de las mujeres que poco y nada aparecen en el cine. Spy es una comedia de espionaje, pero aun cuando domina la acción, se nota la coherencia con los otros dos films del director. La amistad femenina, la solidaridad femenina, el humor femenino, el ridículo femenino. La herramienta fundamental para poder mover la rueda del humor es la protagonista, Melissa McCarthy, que por tercera vez trabaja con el director y se encarga de todo el humor de la película. McCharthy es muy talentosa, tanto para el humor verbal como para el físico, es una comediante completa. Debido al éxito de la actriz, la película es un despliegue de producción gigantesco, tan grande como el de una película de James Bond. Esto le aporta lujo a la trama, pero no necesariamente les da libertad a los actores, que deben jugar demasiadas escenas en espacios que no son ideales para actuar de manera ligera y graciosa. Comparados con McCarthy todos están un paso atrás, en particular aquellos que intentan actuar de forma cómica. En ese aspecto, la jefa interpretada por Alisson Janney, es el mejor personaje secundario. Es graciosa pero actúa de forma seria. Algunas sorpresas del casting no serán contadas, pero las hay. Comparada con Damas en guerra y Armadas y peligrosas, esta película es inferior. La producción le pasó por encima a la comedia pura y eso se nota. El show de McCarthy está intacto, pero un poco perdido. Esperemos que no se le ocurra tomar un camino alejado de la comedia en el futuro, ya que la actriz tiene muchísimo para dar en el género. Spy es ella y su talento para el humor, pero no mucho más.