Spring Breakers: viviendo al límite

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

APOLOGIA DEL REVIENTE

Son cuatro chicas que deciden vivir a pleno sus vacaciones primaverales en Florida. Y como se quedan sin plata, salen a robar. La travesura le abre las puertas a otra realidad. Y a partir de allí, seguirán probando. Es otra historia sobre reflejos deformados. El filme quiere mostrar la otra cara del espejo de Disney. Y somete a estas heroínas a un viaje que es aprendizaje y destino. Van a la cárcel, alguien las rescata y ya no hay retorno. Drogas, sexo, balazos surgen en medio de una fotografía gruesa y frenética, que no se detiene en sus rostros sino en sus excesos.

El filme es delirante y a veces exagera el clima de reviente, pero tiene escenas memorables y un aire desafiante de libertad y rebeldía que la ubican en el otro extremo del cada vez más repetido cine norteamericano. Es cierto, hay mucho efectismo y algunos pincelazos muy gruesos, pero hay talento y sensibilidad a la hora de pintar el alma confundida de unas chicas que por una vez quieren dejar lo conocido (la escena inicial) para probar lo que hay en la otra orilla, ir más allá de los reflejos, animarse a llegar al final del camino. La escribió y la dirigió Harmony Korine, un hombre del cine independiente. La escena en que cantan el “Everytime”, de Britney Spears, define el espíritu de esta obra atípica: hay desesperación, desenfado, extravío, melancolía y belleza.