Spider-Man: Sin camino a casa

Crítica de Jorge Fabián - Días de película

Para los aficionados al mundo de los Comic`s toda interacción de personajes del mismo universo -en este caso el de Marvel– en películas que giran en torno a otros es motivo de festejo. Spider-Man: Sin camino a casa (Spider-Man: No way home, 2021) tiene esto y muchas sorpresas más.

Tras revelarse la identidad de Spider-Man / Peter Parker (Tom Holland) al final de Spider-Man: Lejos de casa (2019) su vida cambia radicalmente cuando además es acusado del asesinato de Mysterio (Jake Gyllenhaal) –villano de la película anterior-. Confundido por su nueva realidad y responsable de que su amigo Ned Leeds (Jacob Batalon) y su novia MJ (Zendaya) se vean perjudicados por la relación con él, Peter decide buscar a Doctor Stephen Strange (Benedict Cumberbatch) para que con su magia lo ayude a que su identidad vuelva a ser secreta.

Doctor Strange acepta, pero un problema en el hechizo genera una fractura en el “multiverso” provocando que cuatro villanos que lucharon contra los Spider-Man de otras realidades aparezcan en su mundo. A partir de ese momento, empiezan las sorpresas, las buenas escenas de acción y, por otra parte, se plantea un dilema moral en donde Peter decide intentar ayudar a los “malos” y no combatirlos.

Recordando que las dos anteriores películas protagonizadas por Tom Holland tuvieron muy buenas críticas, podemos afirmar que esta tercera entrega, dirigida por Jon Watts, es claramente la mejor. Spider-Man: Sin camino a casa nos muestra un superhéroe que cumple a la perfección con la premisa de “que un gran poder conlleva una gran responsabilidad… ”