Spider-Man: lejos de casa

Crítica de Tomás Ruiz - EL LADO G

Spider-Man: Lejos de Casa tiene uno de los peores arranques de las películas del MCU y al mismo tiempo uno de los mejores desenlaces. Tom Holland y Jake Gyllenhaal son una pareja protagonista que derrocha calidad en cada oportunidad que deben intervenir.

Luego de los sucesos que cambiaron para siempre el curso del Universo Cinematográfico de Marvel en Avengers: Endgame (2019), múltiples aristas han sido abiertas desde ese entonces con respecto al futuro de la franquicia más recaudadora de la historia del cine y una de ellas es quién, o quienes, serán los encargados de comandar al grupo de superhéroes más poderosos del mundo, dentro y fuera de la gran pantalla, luego de las emotivas partidas Chris Evans y Robert Downey Jr. Uno que pica en punta para posicionar un par de lugares de importancia es ni más ni menos que el Peter Parker / Spider-Man del actor inglés Tom Holland, un actor y personaje que desde su inclusión en Captain America: Civil War (2016) caló hondo dentro del universo Marvel y sus fanáticos por su importancia en los diferentes arcos argumentales de las películas, su destreza actoral y simpatía fuera de la gran pantalla. Tal es así que él tiene una de las escenas más emotivas y mejor logradas de las 23 películas del MCU con su memorable “I don’t feel so good Mr Stark” (se nos sigue piantando un lagrimón).

Aprovechando la popularidad del personaje y una faceta de “sucesor de Iron Man” que se le impuso al arácnido es que Spider-Man: Far From Home llega a los cines de todo el mundo con la necesidad imperiosa de demostrar que aún le queda hilo al carretel de las películas de Marvel y toda esta Saga del Infinito ha sido nada más que el comienzo. En esta segunda película en solitario del arácnido, entre otra cosas se podrán ver las repercusiones que vinieron junto a los chasquidos del Guantelete del Infinito y de cómo se van acomodando y regresando las personas desaparecidas. En medio de homenajes a los héroes caídos y de un semestre escolar cargado de exámenes, Peter Parker y sus compañeros de clase harán un viaje por Europa para despejar la mente. En él Peter ideará junto a su amigo Ned (Jacob Batalon) un plan para poder confesarle sus sentimientos a MJ (Zendaya), pero lastimosamente para él, unas malvadas entidades conocidas como los Elementales, empezarán a destruir las ciudades y es ahí donde Spider-Man deberá decir presente. Obviamente él no estará solo y tanto Nick Fury (Samuel L. Jackson) como Maria Hill (Cobie Smulders) y un grupo especial de S.H.I.E.L.D le presentarán a Quentin Beck (Jake Gyllenhaal), un aliado inesperado quién proviene de otra tierra y tiene un poder casi incomparable. Peter deberá forjar una alianza con Mysterio para poder detener a los Elementales y que su viaje por Europa termine de la mejor manera.

Teniendo en cuenta que esta película sirve como continuación directa de lo que fue uno de los eventos cinematográficos más grandes de la década, el ritmo del comienzo deja muchísimas dudas desde donde se la quiera mirar. El humor es demasiado tonto, las relaciones interpersonales parecen ser forzosas donde casi ningún diálogo parece natural, una aceleración demasiado notoria a la hora de contar una historia y una sorpresa que logra cambiar el curso del film. Por suerte para los fanáticos de Marvel todo esto sólo se da en los primeros 35 minutos y después la película da un vuelco de 360º grados para regresar a los estándares de calidad de este basto universo cinematográfico, donde las escenas de acción están filmadas con una calidad asombrosa, el CGI y el vestuario están a otro nivel, el sentido de humor clásico de los personajes es el que ya se conoce y un desarrollo visual como pocas veces se ha visto en las otras películas. Con Jon Watts regresando en la dirección, la película demuestra que a pesar de su flojo arranque, su tiempo de metraje (129 minutos) logra darle la derecha al director y todas las dudas que podría llegar a tener el espectador quedan despejadas, logrando dejarlo mucho más que satisfecho. El desarrollo de los personajes es mucho mejor comparado a Spider-Man: Homecoming (2017) y el camino que los protagonistas deben recorrer tienen un propósito y un significado especial. Esta película funciona como la perfecta parte del medio de lo que se podría pensar será una trilogía del arácnido, ya que el viaje interior que realiza el personaje principal (no por nada se utiliza el recurso de la road movie) es el indicado.

En cuanto a las actuaciones, lo más resonante es la incursión del mundialmente reconocido actor Jake Gyllenhaal. En su papel de Mysterio, el reconocido actor demuestra todo su potencial actoral y da una clase de actuación en cada participación que le toca tener. La dupla que consolidan con Holland, que brilla nuevamente en su rol del héroe, es de las mejores que tiene el MCU y pareciera que comparten cámara hace rato, sin embargo ésta es la primera vez que lo hacen. Otra que tiene una gran labor, al contrario que en su participación anterior, es Zendaya quién ahora goza con mucho más protagonismo y no es sólo un interés amoroso sino que también demuestra que tiene mucho más potencial del que se podría creer en un primer momento y que todo lo que representa llevar el papel de MJ a la pantalla está en buenas manos.

A pesar de un arranque muy flojo que bordea con peligro lo decididamente malo, Spider-Man: Lejos de Casa llega para plantear uno de los conflictos que posiblemente harán tambalear nuevamente el MCU. Con un gran desarrollo visual y de efectos especiales y con una muy buena participación de sus protagonistas, esta secuela del arácnido demuestra que Marvel tiene con que seguir sorprendiendo a futuro.