Spider-Man: lejos de casa

Crítica de Hugo Zapata - Cines Argentinos

La nueva entrega del hombre araña confirma una vez más que el héroe niñato que encarna Tom Holland sin el contexto del universo cinematográfico de Marvel quedaría en el recuerdo como la encarnación más débil de este superhéroe.
El hecho que la primera escena post-crédito que incluye esta producción sea un poco más emocionante que todo el conflicto que presenta el film habla de la fallida construcción que tuvo este relanzamiento del personaje.
Me encantaría algún día poder ver a Holland en una verdadera película de Spiderman en lugar de una continuación de Iron Man.
Peter Parker necesita liberarse de la Stark dependencia, que vuelve a ser tediosa en esta entrega, para ofrecer historias que tengan su propia identidad.
Creo que no es exigir demasiado que el protagonista se desempeñe con la rebeldía e independencia que siempre presentó en los cómics, sin utilizar la tecnología de Iron Man para enfrentar a sus enemigos.
No se trata de ser un purista de la historieta sino de pedir que se respeten los elementos básicos y esenciales de esta propuesta.
La triste realidad es que dentro del cine live action Spiderman se fue al descenso y hoy ofrece producciones que se encuentran en la segunda línea de los productos de Marvel, como la serie del Hombre hormiga.
Por ese motivo, Lejos de casa puede resultar algo frustrante para aquellos espectadores que no comulgamos con este tratamiento del justiciero arácnido ni el humor estúpido de Guardianes de la galaxia 2 y Thor: Ragnarok.
Lamentablemente la evolución de Tom Holland en este rol brilla por su ausencia.
En esta ocasión Parker dejó de ser el perro faldero de Tony Stark para convertirse en el cadete Glovo de SHIELD.
El pibe de los mandados de Nick Fury que nunca se rebela frente a la sobreprotección que ejercen sobre él los adultos que lo rodean. Todas las características entrañables del personaje las arruinaron con un nuevo enfoque argumental que no termina de convencer.
La primera hora infumable del film es una comedia juvenil del Disney Channel que en ocasiones, cuando el director John Watts tiene ganas y se acuerda, juega con elementos del género de superhéroes.
Muchos chistes tontos para complacer a los millennials y poco contenido interesante.
En ese sentido la producción animada Spiderman: Un nuevo universo parece una obra de Terrence Malick comparada con esto.
Una historia que también lidiaba con conflictos juveniles pero con otra sensibilidad y madurez.
Lejos de casa no sólo se excede con el humor sino que la calidad de los chistes es mala y en más de una ocasión cortan de manera abrupta situaciones de tensión.
Si Spiderman naturalmente aporta ese contenido resulta ilógico agregar más personajes graciosos, como los maestros de la escuela, que parecen creados por Taika Waititi, el director de Thor: Ragnarok.
Dentro del reparto la labor de Zendaya es irremontable como MJ y la culpa no es de ella sino del modo en que está dirigido el personaje.
Tomaron una de las creaciones femeninas más carismáticas de Stan Lee y la convirtieron en la chica más insípida posible.
La actriz que brindó una muy buena labor en El gran showman tiene los recursos para hacer algo diferente pero el argumento le otorga una personalidad fría que no la beneficia en absoluto.
Por el lado del villano Jake Gyllenhaal hace el esfuerzo de darle un poco de dignidad a Mysterio, otro rol que los guionistas (los enemigos reales de Spiderman) también arruinaron con los peores vicios de Iron Man 3.
Michael Keaton con el Buitre tuvo un papel más destacado en el film anterior.
Pese a todo, los momentos que Gyllenhaal comparte con Holland presentan algunas de las escenas más decentes de esta película y ambos conforman una buena dupla.
Por el lado de la acción no hubo mucha inspiración tampoco y ninguna escena puntual queda en el recuerdo, si bien contaron con una buena elaboración desde los aspectos visuales.
Queda la ilusión que en algún momento Tom Holland pueda protagonizar una película superior que le permita explorar a Peter Parker con una mayor complejidad.
En resumen, Lejos de casa funciona como un pasatiempo familiar ligero para las vacaciones de invierno, pero como propuesta de Spiderman no está a la altura de la jerarquía que tiene este personaje en el universo Marvel.