Spider-Man: de regreso a casa

Crítica de Walter Pulero - Cinergia

Adolescente, es un bicho diferente

Finalmente podemos decir que estamos frente a una auténtica película de Spider-Man. Hay muchas cosas que hacen único al personaje. ¿Sus poderes? ¿Sus problemas sentimentales? ¿Su traje? ¿Sus villanos? ¿Su humor característico al momento de luchar contra el mal? ¿Esa sensación de que aun cuando gana también está perdiendo? Sí, todo eso lo hace especial. Y Spider-Man: De regreso a casa (Spider-Man: Homecoming) logra cumplir con cada uno de los puntos.

Partiendo de que el primer acierto del film es no repetir los hechos por los cuales Peter vive con su tía y el desenlace fatal de su tío, los más de 130 minutos de duración permiten deambular por una nueva historia con una trama liviana, donde el dramatismo excesivo logra evitarse. Peter vive los problemas propios de su adolescencia, donde se ve como a un bicho raro, lleno de inseguridades acerca de él y el mundo que lo rodea.

Por otro lado no se abusa del personaje mentor de Tony Stark / Iron Man, quien ya nos había atosigado bastante desde los trailers. Vengo a traerles calma: su aparición es limitada y está justificada en cada caso. Incluso una de las escenas que pudimos ver en trailers no aparece en la película (de hecho Jon Watts, su director, declaró que se trató de una decisión netamente publicitaria y que el momento lucía genial y perfecto para llamar la atención de los fanáticos en el trailer, pero nunca formó parte de la película).

El soundtrack original es, sin exagerar, uno de los mejores del Universo Cinematográfico de Marvel. Michael Giacchino consigue dotar al film de un tipo de música para cada momento de la acción, y no pareciera estar puesta de prepo por el solo hecho de que algo tiene que sonar. Además se suman buenas canciones ambientando las escenas con Ramones y The English Beat, entre otros.

El film tampoco exagera en sus efectos especiales o complejas coreografías de lucha. Desde luego que las tiene y se encuentran bien realizadas, pero el hecho de que de un principio Peter Parker se dedique más a los acontecimientos de su vecindario y no en salvar al mundo, permite que las escenas de acción sean menores. No obstante cuenta con dos escenas grandiosamente realizadas, para las cuales solo mencionaré el Ferry de Staten Island y el ascensor, para no spoilear.

Respecto a los protagonistas, la mayoría coincidirá en el gran trabajo de Tom Holland como Spidey, a quien ya habíamos visto de forma resumida en Capitán América: Civil War. Sobre sus espaldas recae todo el film y tiene suficiente anchura como para sostenerla. Su trabajo es impecable. Pero hay alguien más que sobresale y ese es Michael Keaton, quien interpreta al Buitre. Muchos opinarán que es un personaje menor y no tan terrible como podría haber sido, pero justamente su presencia no resulta totalmente amenazante por un simple motivo: su enfrentamiento no deja de ser contra un adolescente que se está iniciando en el trabajo de salvar al mundo. Él tampoco está preparado como villano para provocar el fin del mundo. De otra forma lo veríamos enfrentándose a todo el ejército de Los Vengadores. Pero en esta oportunidad se trata de un villano mucho más urbano, sin necesidad de hacer demasiado ruido.

Solamente hay dos cuestiones que me permito desaprobar en cuanto a la película en general: por un lado el desaprovechamiento del personaje de Tía May, que en esta versión del personaje está personificada por Marisa Tomei, y quien sin dudas es la más joven y atractiva que hemos visto en ese rol en pantalla grande. Y por otro lado, la cronología de los hechos se encuentra alterada y confusa. La película se encuentra contextualizada algunos pocos meses después del enfrentamiento en Civil War en junio de 2016, lo que significaría para este film 8 años después de la batalla de Nueva York, cuando inicia De regreso a casa, con Adrian Toomes (Keaton) contratado para remover los escombros de la batalla pero luego dejado de lado por el gobierno. Pero estos hechos sucedieron en mayo de 2012, por lo cual los tiempos no parecen encajar.

Spider-Man: De regreso a casa supo jugar a ser Tom Sawyer y menos Los Vengadores. Encontró la forma de buscarle la vuelta a un personaje mucho más cercano a lo cotidiano en vez de mandarlo todo el tiempo a volar por los aires. Uno al terminar la película se siente relajado y aliviado por no temer a una secuela. El arácnido está de regreso, y aplaudimos esa decisión.