Spencer

Crítica de Carolina Sanguineri - Sin Intervalos

Llegó “SPENCER”, una película biográfica, dirigida por el chileno Pablo Larraín y protagonizada por Kristen Stewart, que retoma la famosa historia de Diana, Princesa de Gales. Un nuevo planteo que reflexiona sobre el peso que la Corona deposita sobre sus herederos.

El film trata sobre un fin de semana de Navidad, en la década del 90', en que toda la familia Real se reúne en uno de sus Palacios en el campo para festejar. En toda la celebración, ya sea durante las comidas formales, o simplemente caminando por el campo o yendo al baño, Diana se siente observada y juzgada por su propia familia, como si fuera integrada por los miembros de la prensa que viven acosándola, y por eso, ella busca refugio. Como siempre, lo encuentra en sus hijos y su amiga vestuarista, pero esta vez también lo halla en quien menos pensaba.

El largometraje podría definirse como una pieza sumamente inquietante que atraviesa la pantalla. Está dirigida de una manera que produce sensaciones casi táctiles. En esto, juega un papel muy importante la manipulación de los sentidos a través de las texturas, colores y sonidos.

Kristen Stewart suele ser criticada por cómo actúa, también así algunos gestos o miradas a los que acude como recurso inagotable. Sin embargo, en este film su desempeño es impecable, y en caso de caer en sus modismos (casi no sucede), se fusionan adecuadamente con el personaje. Simplemente es una decisión perfecta de casting, en donde ella es elegante, emocional, delgada (como Diana, claro) y bien caracterizada. Por otro lado, el compromiso para con las escenas destinadas a su desorden alimenticio es profundo, notorio y dispara sensaciones intensas en el estómago del espectador. La actriz realmente entrega todo su cuerpo a las escenas, sin tapujos, de una forma cruda y hasta espeluznante (la escena de las perlas se tiene que llevar todos los premios). Se genera una gran empatía (y shock) en la sala. Lo único que uno cuestionaría es el rol del príncipe Carlos, cuyo actor no queda bien con el personaje, o no fue lo suficientemente bien dirigido o profundizado.

Los paralelismos que se usan con una famosa Reina Consorte del pasado le dan un giro de suspenso al guion, estirando el brazo un poquito por fuera del drama. Este a veces puede tornarse demasiado angustiante, ya que usa flash-forwards fantasiosos y paranoicos, pertenecientes a Diana, en cuya mente circulan mil pensamientos desagradables a la vez, y, junto con el montaje y la fotografía, el storytelling tiende a torturar un poco al espectador, apurando su cerebro y forzándole sensaciones. La comparación con aquella monarca ayuda a resolver un libreto cuya tensión crece pero no sabe definir, o al menos eso nos hace sentir. La música ayuda en gran medida a desencajar imágenes que, normalmente, se verían como clásicas o inofensivas; volviéndose así, una forma más de conducirnos a través de la psiquis de la princesa de Gales.

Por último, cabe destacar que es importante la aparición de escenas tan crudas y honestas sobre un desorden alimenticio tan destructivo como la bulimia. La salud mental también es salud, y evidentemente su visibilidad en cine mainstream ayuda a generar consciencia.

"SPENCER" es ideal para espectadores activos que se entreguen a la experiencia sensorial y disfruten descifrando los simbolismos que se presentan como pequeños rompecabezas ante el público. Disfruté muchísimo de resolverlos. ¡Ampliamente recomendada!

Por Carole Sang