Space Jam: Una nueva era

Crítica de Gastón Navarro - EL LADO G

Una Nueva Era con LeBron James, el Rey del Basketball

El mundo del baloncesto y las caricaturas se vuelven a cruzar en la nueva Space Jam.

Difícil empezar a escribir sobre esta película sin caer en la interminable cuestión de sí lo de antes era mejor o es simplemente un efecto nostalgia que genera esa idea e ilusión que aún conservamos y que seguirá pasando en el futuro. En 1996 con Michael Jordan, Space Jam se convirtió en un clásico inmediato para millones de niñas y niños que vieron como el universo de los Looney Tunes se combinaban con el mejor basket del mundo. En una era sin redes sociales, con MJ brillando en Chicago Bulls (ver The Last Dance, Episodio VIII en Netflix) y esa sensación de que todo brillaba más en los 90s, hicieron que Space Jam se quedará como una joya única y sin secuelas.

Pero como dice el título, Una Nueva Era en Space Jam es una realidad. 25 años tuvieron que pasar del primer juego del Tune Squad para volverlos a juntar en la cancha. En el medio, muchísimos jugadores que podrían tranquilamente seguir con el legado de Jordan y protagonizar una secuela como Kobe o el mega carismático de Shaq, incluso hubo ideas del estudio para hacer otra peli con Air Jordan, una con Tiger Woods y hasta el skater Tony Hawk estuvo en los borradores, pero no, el elegido, quien cargará con esto será King James. Con la 23 en la espalda ya demostró que con ese número se ganan anillos en diferentes equipos y Warner Bros. no dudó en elegirlo como el sucesor de Michael.

LeBron, uno de los mejores jugadores de la historia y todavía actual campeón de la NBA, llega para coronar con esta película su temporada gloriosa en Los Angeles Lakers, su última gran decisión luego de coleccionar gemas por Cleveland y Miami. El Rey además de protagonizar, produce la nueva Space Jam que se estrena en cines de todo el mundo, como así también por HBO Max en exclusiva para USA.

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La película, al igual que Space Jam del 96, es un largometraje que funciona como una mega publicidad de muchas cosas, en este caso, las franquicias de Warner Bros. El enfoque desde un principio nada tiene que ver con lo visto en la de Jordan, así que se experimenta algo totalmente nuevo. El protagonista es LeBron y a pesar de ser un jugador que despierta admiración total por su juego, a la hora de actuar deja mucho que desear. Quizás uno de los problemas sea la poca y casi nula química que tiene con su «familia», completamente ficticia, con actores que nada tienen que ver con el atleta. La diferencia entre éste método en la película de Jordan y la actualidad, es que con googlear o mirar las redes sociales de Bron, es fácil darse cuenta quiénes son sus hijos y su esposa, por lo cual, desde el vamos la idea de reemplazarlos por actores y que además terminen restando en lugar de elevar las interpretaciones, es un error importante.

El concepto Space Jam sigue siendo el mismo, el mejor jugador de basket de la actualidad se une con los Looney Tunes para disputar un partido fundamental en sus vidas con absolutamente todas las de perder. Mientras que los que acompañan a LeBron son Bugs Bunny, El Pato Lucas y los personajes más famosos de este grupo, enfrente tendrán que vencer a un Dream Team conformado por Anthony Davis, Damian Lillard, Diana Taurasi, Klay Thompson y Nneka Ogwumike mejorados con habilidades de videojuegos.

AD, el socio perfecto para LeBron en el último anillo que conquistaron con Lakers
El director de la película no tiene el mejor historial que uno pueda imaginar, Malcolm D. Lee entre sus títulos destacados se encuentran Scary Movie 5 (2013) y Night School en 2018 con Kevin Hart. Produce y la escribe Ryan Coogler (Black Panther) junto con Sev Ohanian. Sorprende por lo que significa el nombre Coogler para el cine, se nota que acá estuvo en modo relax y no hizo su mejor trabajo como escritor. Si bien estamos hablando de una historia en donde LeBron James hace equipo con Bugs y sus colegas, claro que mucho no se puede pedir, pero cuando una película es regular para abajo se nota y Space Jam 2 no termina de convencer en absoluto.

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Momentos buenos se encuentran aislados a lo largo de sus 116 minutos en secuencias como los créditos iniciales que rinden tributo al film original con highlights de la carrera deportiva de LeBron que nos dejan preparados para algo épico. Por más ridículo que sea, el plato fuerte en cuestión, es el partido Tune Squad vs Goon Squad que entretiene mucho y se encuentra cargado de guiños en varias jugadas. La sobre-explotación del concepto multiverso que se viene apoderando del entretenimiento en general no está del todo bien aprovechada, y solamente en casos muy especiales, los momentos «Warner» son divertidos. Todo lo bueno que hizo por ej Ready Player One (2018), en esta idea de querer imitarlo, la película fracasa y lo que pintaba como algo épico, se queda muy por debajo de las expectativas.

A pesar de todo, la carisma y la buena onda de LeBron sumado a los Looney Tunes que son leyendas que resisten el paso del tiempo, la película es una entretenida aventura para cruzarse un domingo de flojera por la tarde. No cumple con las expectativas de un mega tanque que haga explotar las salas, pero sí para mirarla con cariño y por qué no, hacer una doble función con la de Jordan.

Finalmente, los puntos positivos se pueden repartir entre algunos momentos cliché de Don Cheadle como el villano de turno, casi al borde de lo ridículo, algo típico en las películas de Looney Tunes; Los aportes actorales de Zendaya, Lil Rel Howery o Wood Harris y también los divertidos cameos que son los fuertes de la película. Visualmente no hay nada para reprochar, al contrario, se agradece que uno de los estudios más importantes del mundo no haya dudado en poner la mejor animación ni a los mejores para los efectos visuales. Por último, el soundtrack está dentro de todo en algo aceptable, pero ni cerca de ser legendario, se podría esperar algo más sabiendo que era cuestión de Bron active un par de WhatsApp.

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La verdad es que pueden estar tranquilos que Space Jam: A New Legacy no choca ninguna ferrari y por momentos no se olvida que gracias a la original, existe. Aunque no se detenga mucho en compararse ni en verse reflejada con la original, ésta película entiende que las cosas son diferentes con un público renovado 25 años y que claramente el mundo del 2021 no es 1996. Sí quizás le quedará debiendo algo a los siempre exigentes, a ese grupo de nostálgicos y a esos adultos que en su infancia vieron la primera Space Jam, pese a todo, no tengo dudas de que venderá muchos juguetes, las campañas serán un éxito y que una nueva generación crecerá con esta película de LeBron junto a los Looney Tunes.