Soy el número cuatro

Crítica de Rodolfo Bella - La Capital

La saga “Crepúsculo” abrió el nicho en apariencia inagotable de la ficción fantástica. Para satisfacer ese mercado y diversificar la oferta entre tantos licántropos y hemotófagos, llegó “Soy el número cuatro”. La apuesta, no demasiado arriesgada, apela a la fórmula de extraterrestres camuflados, perseguidos en la Tierra por sus enemigos galácticos que los asesinan en un orden determinado. El héroe está obligado a huir, hasta que el amor se interpone en su vida. Sin embargo, la producción tomó seriamente el objetivo y dio forma a una muy bien resuelta primera parte. Detrás del proyecto hay tres tanques de la industria: Spielberg con Dreamworks, Disney y Michael Bay, productor y director “Transformers”, “Pesadilla” y “Armageddon”. Y un director que supo darle a un relato bastante convencional el tono de una aventura épica.