Sonic 2

Crítica de Jesús Rubio - La Voz del Interior

Siempre es grato ver una película sin expectativas y que nos sorprenda con su desempeño cinematográfico. Si bien la primera Sonic (2020) ya había demostrado su capacidad para equilibrar los elementos del videojuego en el que está basada y los del cine de aventuras, nadie se podía imaginar que una segunda parte pudiera ser tan arrolladora y efectiva.

Los méritos de Sonic 2: La película van de la dirección de Jeff Fowler (quien también dirigió la primera) a las actuaciones, pasando por los efectos visuales y el diseño del erizo antropomórfico protagonista. Cuenta también con un guion dinámico y una edición clara, que permite que se luzcan tanto los personajes principales como los secundarios.

Esta segunda parte del personaje basado en el clásico videojuego de Sega no es una segunda parte hecha porque sí, sino una continuación necesaria de la anterior. Repite director, guionistas y elenco, pero agrega nuevos personajes, da un paso más en el desarrollo de los ya conocidos y hace que la trama se ajuste a las necesidades de los nuevos protagonistas.

Sonic (voz de Ben Schwartz en la versión original), el erizo azul alienígena que en la primera parte llega a la Tierra y se instala en Green Hills, en la casa del policía Tom (James Marsden) y de su esposa Maddie (Tika Sumpter), quiere ser un superhéroe, pero aún le faltan muchas cosas por aprender. El malvado Dr. Robotnik (Jim Carrey), a quien lo habían mandado a través de un anillo/portal al Planeta de los Hongos, logra regresar a la Tierra ayudado por un nuevo villano, Knuckles, el Equidna (voz de Idris Elba en el original), un guerrero de pelaje rojo y nudillos prominentes.

Knuckles también busca a Sonic, quien tiene el mapa que conduce a la Esmeralda Maestra, que durante mucho tiempo estuvo custodiada por Garralarga, el búho que fue la protectora de Sonic, muerta por un flechazo de los guerreros de la tribu a la que pertenece el Equidna.

También aparece el zorro con dos colas llamado Tails (voz de Colleen O’Shaughnessey), quien llega para rescatar a Sonic del peligro que corre con el arribo de Knuckles y de Robotnik, y para ayudarlo a proteger la Esmeralda Maestra antes de que la encuentren los villanos. Esto hace que los personajes tengan que cumplir una misión por Siberia y por playas paradisíacas, en la que la acción mantiene un nivel de timing sorprendente.

Sonic 2: La película es más larga que la anterior (dura dos horas y tiene dos escenas poscréditos), lo que le permite incorporar situaciones más complejas y humorísticas. Jim Carrey está en un nivel superior de juego, es un maestro absoluto de la mímica, sus líneas son infalibles y su participación enaltece una película que entretiene en todo momento.

Pero hay un logro mayor en esta secuela: su capacidad para enganchar tanto a los conocedores del videojuego como al público que nunca lo jugó. La clave está en su sentido de la aventura y en cómo combina la técnica animada con el realismo de los personajes humanos sin que el efecto rompa la armonía del filme. Sonic 2: La película es la prueba de que ha nacido un nuevo clásico.