Sonata para violonchelo

Crítica de Ailín Escolá - Revista Meta

Sonata para Violonchelo de Anna Bofarull es un drama que cuenta cómo es la vida de Julia (interpretada por Montse German) una prestigiosa interprete quien solo dedica el tiempo a practicar con su violonchelo, viajar para dar conciertos y en escasos momentos disfrutar de amigos o alguna cena.

Todo toma otro sentido cuando Julia, luego de reiterados dolores, consulta al médico y este le diagnostica fibromialgia. Aquí ella comienza a replantearse la vida. Sin embargo el orgullo propio la llevará a seguir tocando e intentar que ni su hija se entere de su enfermedad.

Una estética que en algunas escenas recuerda a El cisne Negro, representando bien el quiebre en el personaje y la angustia, con algunas escenas oníricas. Una actuación interesante, que realiza German, mujer de pies sobre las tablas, en su primer protagónico en cine. Con actores secundarios y una música, que es otro actor fundamental en el film, que aportan y arman el contexto para las situaciones que tendrá que atravesar Julia. Por momentos la actuación principal se cae, en el extenso film, que da muchas vueltas sobre lo mismo, pero German logra mantenerse y expresar la firmeza y orgullo del personaje.