Somos una familia

Crítica de Hugo Fernando Sánchez - Subjetiva

MI CASA ES SU CASA

Hay una mansión familiar en una ciudad pequeña del interior del país, hay una madre que espera el dinero de la vieja y majestuosa casa para sobrevivir, hay un hijo que mientras tanto la mantiene y otro que reside en Shanghai, que en su paso a Londres donde espera concretar un importnte negocio con su socia y futura esposa, visita a la familia y se entera de la venta y de unos cuantos secretos más.

La madre un poco a la deriva se llama Suzanne (Nicole Garcia), el cuarentón que banca los gastos es Jean-Michel (Guillaume de Tonquedec) y el otro, el hijo pródigo es Jerôme Varenne (Mathieu Amalric). Un elenco estelar francés a los que se suman los personajes de Ambray, la ciudad en donde está la codiciada casa: Forence Deffe (Karin Viard) que fue la amante del padre ya muerto, su hija Louise (Marine Vacth, protagonista de Joven y bella de François Ozon), el alcalde Pierre Cotteret (André Dussollier) y un viejo amigo de la familia, ahora rico, poderoso y profundamente infeliz, Jerôme (Gilles Lellouche).

El veterano realizador Jean-Paul Rappeneau –Bon voyage, El jinete sobre el tejado, Cyrano de Bergerac– vuelve a dirigir después de casi quince años y si bien Somos una familia es irregular, con cambios de rumbo y un combo en donde se mezcla la screwball comedy y el melodrama para retratar el deterioro de la alta burguesía, el fin de una época y las miserias familiares, todos estos elementos funcionan, de manera despareja pero funcionan y la historia se sostiene hasta al final.

Cine industrial francés de calidad entonces en donde la casa es el aparente centro del relato pero que sin embargo va cediendo terreno a la figura central de la historia, el padre de Jerôme (Amalric puede hacer todo, pero todo como actor. Y también como director, claro), muerto pero cuya figura concentra desde la ausencia todos los malentendidos, infidelidades, agachadas de pacotilla y de las otras, antes y en el presente.

Divertida, por momentos desconcertante, la película tiene algunas falencias, pero su principal virtud, además de un elenco formidable, es que funciona como una gigantesca subjetiva, en donde se va desentrañando junto con el perplejo Jerôme la historia nunca contada de su familia disfuncional, porque solo de esa manera va a poder conciliar su presente. Y ahí están los espectadores, como testigos de que al final las cosas pueden salir más o menos bien.

SOMOS UNA FAMILIA
Belles familles. Francia, 2015.
Guión y dirección: Jean-Paul Rappeneau. Intérpretes: Mathieu Amalric, Marine Vacth, Gilles Lellouche, Nicole Garcia, Karin Viard, Guillaume de Tonquedec, André Dussollier y Gemma Chan. Fotografía: Thierry Arbogast. Música: Martin Rappeneau. Edición: Véronique Lange. Diseño de producción: Arnaud de Moleron. Duración: 113 minutos.