Sombras tenebrosas

Crítica de Diego Batlle - La Nación

Nuevo trabajo de la siempre rendidora sociedad entre Tim Burton y Johnny Depp

Con ocho trabajos conjuntos, Tim Burton y Johnny Depp conforman una de esas asociaciones entre director e intérprete que ya tiene asegurado un lugar en la historia grande del cine. Por eso, porque han regalado joyas como El joven manos de tijera, Ed Wood o Charlie y la fábrica de chocolate , entre otras, Sombras tenebrosas deja sabor a poco. Estamos ante una película con múltiples hallazgos parciales, con algunos personajes logrados, con momentos graciosos, con escenas inspiradas, con una bellísima propuesta visual, pero que en varios pasajes también luce deshilachada, incoherente, casi caótica.

Se podrá argumentar -con razón- que el cine de Tim Burton nunca apostó por una narración clásica, por historias basadas en la lógica y construidas de forma redonda sino por un universo siempre ambicioso, delirante y ampuloso, por tragicomedias en las que la capacidad de sorpresa, las irrupciones de lo fantástico y del artificio, la fuerza de sus imágenes, el amor por sus personajes y una mirada entre lírica y nostálgica compensaban cualquier bache de guión o resolución caprichosa.

En Sombras tenebrosas , Burton se ve obligado a sintetizar en menos de dos horas los 1225 capítulos de la tira diaria homónima que la cadena ABC emitió entre 1966 y 1971. En un prólogo bastante eficaz apoyado en la narración en off del propio Depp vemos cómo el antihéroe del relato, el pequeño Barnabas Collins, viaja con sus padres desde Liverpool hasta Maine, donde su familia levantará un imperio portuario, y cómo -tras concretar un rechazo amoroso (todo el relato está imbuido de un romanticismo épico)- resulta víctima del hechizo de Angelique (la hermosa actriz francesa Eva Green, gran revelación de la película), una bruja despechada que lo convierte en vampiro y lo entierra vivo.

Tendrán que transcurrir unos 200 años hasta que el protagonista sea finalmente liberado. El pálido y torturado Barnabas reaparece entonces en 1972 y lucirá decididamente perdido entre los excesos de la cultura hippie y las miserias de una familia disfuncional -con algo de Los Locos Addams- liderada por una matriarca (Michelle Pfeiffer) y que incluye a un par de adolescentes (Chloë Grace Moretz y Gulliver McGrath) y hasta a una psicóloga full-time (Helena Bonham Carter).

Lo que sigue es una colorida y derivativa comedia de enredos con un vampiro suelto en América y tironeado entre varias mujeres, matizada con elementos de terror gótico (con homenajes incluidos a la mítica productora británica Hammer), con una banda sonora que incluye éxitos de Iggy Pop, Deep Purple, The Carpenters, Curtis Mayfield, Black Sabbath, T-Rex, Barry White y hasta con una aparición muy especial de Alice Cooper.

El resultado, quedó dicho, no es todo lo estimulante que podía esperarse. A un realizador como Tim Burton hay que exigirle más que ocurrencias esporádicas, destellos de humor, brotes de ingenio o chispazos de su innegable talento. En el contexto de la cartelera comercial actual, Sombras tenebrosas es una propuesta para tener en cuenta. Como incorporación a la filmografía de este gran director, en cambio, resulta una película menor.