Sombras tenebrosas

Crítica de Andrea Migliani - Puesta en escena

Sombras Tenebrosas o el vampiro extemporáneo
El nuevo film de Tim Burton, con su socio de éxitos Johnny Deep, sigue dando que hablar luego de más de 20 años de trabajos conjuntos.

Por Andrea Migliani

La arista gótica de Burton y su contrapartida, esa cierta inocencia, conforman en los extremos una tensión similar a la que ya hemos visto en otros filmes.

Una obra inspirada en una serie de TV exitosa en los años 60’ que hacía las delicias de los que hoy son sus protagónicos es el punto de partida del derrotero de Barnabas Collins. Un vampiro perdido en los 70’, que no conoce las normas ni los modos desde que en el Siglo XVII vio la luz por última vez. Hechizado por una bruja a la que le hizo una mala jugada de amor, Barnabas Collins, en un siempre seguro Johnny Deep, hijo de una próspera familia radicada en Estados Unidos, será convertido en vampiro y cuando logre escapar dos siglos después de que sus padres zarparan de Liverpool, no sólo no quedará nada de esa prosperidad sino que además se encontrará en un mundo que desconoce. Entonces irá a buscar sus orígenes que se hallan totalmente cambiados. El tiempo no para.

Lo que es realmente interesante del film es todo el choque cultural al que el desprevenido Barnabas será expuesto con los anacronismos correspondientes. Declamará como en el Siglo XVII en un mundo en el que los hippies, la música y la vestimenta confrontan a este pálido vampiro venido a menos con sus descendientes que practican la psicología y viven y se asumen en el mundo de hoy.

Humoradas que son recibidas con regocijo por el público que va cediendo su entusiasmo a medida que éstas decrecen y los efectos especiales y la maravillosa dirección de arte de Rick Heinrichs, la música de Danny Elfman y la fotografía de Bruno Delbonnel, reparan ciertas mesetas en las que entra el humor.

El resto del elenco cumple su función en la historia y la dinastía de los Collins en los años 70’ conformada por un conjunto heteróclito y con problemas de funcionamiento familiar que se completa con la madre, Michelle Pfeiffer, su hermano, un gran Jonny Lee Miller, la adolescente rebelde encarnada por Chloe Grace Moretz y el infante trastornado por la muerte de su madre que interpreta Gulliver MacGrath. La siempre efectiva Helena Bonham-Carter, como la psiquiatra, un mayordomo bebido siempre en la piel de Jackie Earle Haley y una institutriz a cargo de Victoria Bella Heathcote, que Barnabas Collins asume exacta a la mujer que amó y que falleció a manos de la tétrica Angelique, Eva Green, la misma que lo trocó en vampiro y que como es frecuente en ellos, sigue vivita y coleando dos siglos después.

A Sombras Tenebrosas le sobran 20 minutos o decae en la segunda hora. Cada fanático seguidor de Tim Burton decidirá si se ha cumplido su expectativa.