Sombras de luz

Crítica de Ezequiel Boetti - Otros Cines

“Si la foto no tiene sujeto, verbo y predicado, no sirve”, dice Carlos Bosch en un momento de Sombras de luz. La frase funciona como una suerte de principio rector de la obra de uno de los fotógrafos más importantes de la historia argentina. También del documental que indaga en sus recuerdos, su forma de entender la imagen en un contexto que, como el actual, hace de la manipulación una de sus recurrencias más habituales.

Bosch alternó entre la fotografía periodística, artística y política. Desde diversos medios dio cuenta de la realidad del país en sus momentos más cruentos, lo que le valió un viaje a Europa en 1976 del que regresó en 2007 con la idea de radicarse definitivamente en la Argentina. Es a partir de ahí que el film lo encuentra para indagar tanto en sus trabajos como en su forma de entender la fotografía.

Sombras de luz registra diversas charlas con el fotógrafo y quienes lo frecuentaron tanto en el ámbito laboral como personal. Clásico en su formato de cabezas parlantes, los principales hallazgos hay que buscarlos en las reflexiones de Bosch sobre el estatuto de la imagen y en la precisión a la hora de recordar el detrás de escena de sus fotografías más famosas.