Sólo tres días

Crítica de Beatriz Molinari - La Voz del Interior

Sentimiento inapelable

La construcción de una realidad propia es un tema de la literatura. De eso trata la clase del profesor Brennan sobre El Quijote , mientras su vida parece perdida para siempre en una realidad sin atenuantes. Russell Crowe protagoniza Sólo tres días , la película de Paul Haggis, un drama con dosis de acción y suspenso a la medida del director de Crash. Vidas cruzadas.

John Brennan debe sostener a su hijo de seis años después de la tragedia familiar. Su esposa Lara cumple condena por un asesinato que está seguro que no cometió.

Haggis esta vez deja de lado el tratamiento orquestal de Crash pero mete al protagonista en un laberinto que mantiene al espectador muy entretenido. Sólo tres días es la remake de la película francesa Por Ella (2008); Crowe vuelve al registro más emocional, incluso tras la frialdad del profesor. En tanto, Elizabeth Banks ofrece la personalidad de la convicta que ve a su hijo cada vez más lejos. El común denominador de la familia es la ausencia de diálogos francos. En esa línea, los abuelos dicen todo con miradas y gestos.

La película comienza como un drama; luego desarrolla meticulosamente el plan de John que se impone su propio y enorme desafío: rescatar a Lara de la cárcel de Pittsburgh.

La primera parte funciona con momentos de cámara, con primeros planos en la visita a la cárcel. Luke, el hijo de la pareja, ya no besa a su madre y el ambiente limpio y luminoso se siente opresivo. “Sé quién eres”, dice John a Lara. Eso le basta para armar un fenomenal mapa de la fuga, sin cómplices, concentrado en ese otro mundo de fantasía que nadie adivina. La película de ambientes y rostros tristes da paso al montaje, al paralelismo entre la investigación de cada detalle y los pasos aparentemente normales. La tensión crece y el espectador llega a la acción sentado en el asiento trasero del auto de John.

Qué parte de nuestras vidas están bajo control y cuánto estamos dispuestos a pagar por la libertad son los planteos breves y directos que Haggis se permite en esta película de discreta desobediencia al sistema.