Sólo para dos

Crítica de Héctor Hochman - El rincón del cinéfilo

Sólo como definición se podría decir que el titulo del filme, “Sólo Para Dos”, se debe a que el 99 por ciento de las acciones transcurren en un hotel del Caribe paradisíaco, de ese nombre, pero no sólo eso, la película abre mostrando esto, todo lo que sigue será así de burdo, chabacano.

No me arriesgo demasiado si lo promuevo como uno de los peores filmes del año, y no me aventuro desatinado si digo en lo que va del siglo, iba a decir de la década ganada, pero ya son 13 años.

Conceptual, estratégica, literaria y estructuralmente vieja; previsible, ramplona y hasta se podría sentir cierto tufillo entre discriminador y misógino.

Todo transcurre en el hotel nombrado de la venezolana isla Margarita. Los dueños son una pareja en crisis, Gonzalo (interpretado por el actor español Santi Millan) que sigue perdidamente enamorado de Valentina (nuestra querida Martina Gusman), quien desde el minuto cero amenaza con el irse, separación, divorcio, pero siempre por cuestión de diplomacia atiende de maravillas a los huéspedes. En cuestión de construcción de conflictos, el personaje es demasiado lábil, insustancial, tanto como el inconducente posterior desarrollo de ambos elementos, por lo que se puede decir, sin faltar el respeto a nadie, que el lenguaje cinematográfico en este caso opera desde la mudez, no por decisión sino por no saber hablar.

Dentro del nuevo contingente de turistas encontramos a Mitch (Nicolas Cabre) dejado por su novia en la Luna de Miel al descubrirle una infidelidad ¿?. Jairo (Antonio Garrido), un cantante español del montón que cada año se aparece con una novia nueva, más joven que la anterior, es intimo amigo de Gonzalo, que lo cubre y apaña en la estrategia de engatusar ninfas tontas. Por último aparece la ayudante local del dúo, la bella Tania (Maria Nela Sinisterra, colombiana ella), cuya única función será tener su affaire con alguno de los implicados, lo que hará que los malos entendidos se entiendan….y mostrar los pechos, o a la inversa.

Así van pasando los minutos, aburriendo por lo rancio del texto, porque las actuaciones no ayudan, porque la música abruma, ni hablar de los mal llamados rubros técnicos en el orden de toda la producción.

Historias de amores cruzados, engaños, infidelidades, etc, digamos que si no fuese que la isla no esta a la deriva como un barco, pensaría que es una versión del “Crucero del Amor” (Serie para TV 1977-1986), sólo actualizada porque se ven un par de senos de mujer.