Sólo la verdad

Crítica de Magali Spilere - El Lado G

Una historia verídica donde la caza del periodismo fue un hecho evidente en la campaña de reelección de presidente George W. Bush, con una increíble Cate Blanchett a la cabeza del film.

Durante las campañas presidenciales de Estados Unidos, el torbellino de noticias e investigaciones sobre los candidatos de cada partido no dejan de surgir. Hoy, un ejemplo clarísimo es la controversia con el pre-candidato Donald Trump del partido Republicano. En Solo La Verdad la cuestión es la misma y reportajes principalmente sirven para persuadir el voto de la gente liberal que debe decidir entre dos partidos muy distintos.

El film se ubica en plena campaña presidencial del año 2004 donde Mary Mapes, una productora de la cadena de televisión CBS News, encara una investigación con un grupo de periodistas para sacar a la luz un vergonzante secreto del presidente Georg W. Bush durante sus años de servicio militar en Texas. Para ello, Mapes y su equipo consiguen unos memos firmados por el Teniente Conorel a cargo del joven Bush, donde se dejaba en evidencia el trato especial que él tenía y también cómo eludió la guerra de Vietman.

Cuando esa información se hace noticia en su programa 60 Minutos, conducido por la gran celebridad del canal Dan Rather, una ola de contraataque republicano reclama la autenticidad de los documentos, lo cual genera un gran problema legal para los miembros del equipo como para la cadena de noticias.

Solo la verdad es un film político que sigue principalmente a Mary Mapes, una pieza muy importante para el canal donde trabaja. La interpretación de Cate Blanchett es impecable, su personaje queda expuesto ante el público y es transparente en todo lo que siente, mientras que una vez más se convierte en una fuerte mujer que lucha por sus ideales a pesar de los cientos de problemas que esto conlleva. A la par suya también esta Robert Redford, quien encarna a Dan, con un trabajo no menos que excelente.

El guionista James Vanderbilt en esta oportunidad debuta como director al adaptar la novela Truth and Duty: The Press, the President, and the Privilege of Power, escrita por la misma Mary Mapes. El recorrido de la historia no cansa ni mucho menos aburre: Vanderbilt esta hecho para contar historias y no fallar en el intento.