Sólo la verdad

Crítica de Iván San Martín - Cinergia

La caza del periodismo

En 2004 el presidente de Estados Unidos, George W.Bush, obtuvo su reelección y volvió a ser el líder de la primera potencia mundial por cuatro años más, pero días antes de las elecciones estuvo a punto de no lograrlo por la labor de un equipo de periodistas.
Mary Mapes (Cate Blanchett) es una de las productoras más talentosas de la televisión y se encuentra al mando del programa “60 Minutes” conducido por un periodista de larga trayectoria llamado Dan Rather (Robert Redford), un día se le presenta una historia que puede poner en jaque la elección ya que todo indica que a fines de los 60 el actual presidente usó una serie de influencias para no combatir en la Guerra de Vietman. La investigación se pone en marcha y Mapes y su equipo conformado por Mike Smith (Topher Grace), Lucy Scott (Elisabeth Moss) y el Teniente Coronel Roger Charles (Denis Quaid) logran poner al aire un informe que detalla y fundamenta con entrevistas todos los permisos otorgados, las ausencias sin aviso, traslados y protección que tuvo Bush hijo en su paso por el servicio militar. Esto es la primera parte de la película ya que luego de emitir el programa descubren que en algunos blogs y foros (las redes sociales de la época) se empezó a divulgar que habría documentos falsificados y textos que se creían escritos en máquinas de escribir de la década del 70 parecían haber sido hechos en Word y fotocopiados para que parezcan viejos por lo que los testimonios también pueden haber sido comprados.
Escrita y dirigida por James Vanderblit, Solo la verdad (Truth) se centra en la visión de Mary Mapes, casi como un thriller atrapante dividido en dos partes (investigación y escándalo posterior) con un ritmo acorde deja todo en manos del atractivo que genera que haya sido una historia real y muestra como es la producción de un informe para la TV norteamericana y los intereses que se generan detrás, aunque hubiese sido interesante si ahondaba más en estos.
El principal acierto son las actuaciones ya que Cate Blanchett compone con exactitud todas las emociones por las que pasó la verdadera Mary luego de que se generase el escándalo. Además Robert Redford con menos minutos en pantalla encarna al reconocido periodista que también sufrió el embiste y su cabeza salió rodando.

Una película correcta que no hace una crítica mordaz pero que engancha en sus 125 minutos de duración y ponen en debate la función del periodismo televisivo, además no hace falta estar muy familiarizado con el caso ni con los avatares de la política.