Solo

Crítica de Daniel Lighterman - Visión del cine

Caminar el límite entre la locura y la sanidad no es una tarea fácil, pero ese es el recorrido que se propone el hermoso y duro documental Solo de Artemio Benki que se estrena por Cine.Ar TV y Play.
Martín Perino es un pianista que, desde hace varios años, está internado en el hospital psiquiátrico Borda de la Ciudad de Buenos Aires. Ahí sus días transcurren con una cierta estabilidad mientras se recupera de un brote esquizofrénico producto del stress provocado por la exigencia (externa e interna) al momento de ejecutar el instrumento. Pero esa aparente tranquilidad empieza a desaparecer cuando sus médicos le sugieren que él ya está listo para el alta y así reinsertarse en la sociedad. Los miedos y angustias que Martín atraviesa en medio de esa incertidumbre no hacen más que agravarse cuando comprueba que, afuera de su encierro, el mundo ya no es lo que era y lo difícil que será para él retomar su carrera profesional.

Aunque como espectadores somos introducidos al hospital psiquiátrico como un lugar alienado, no tardamos mucho en ver la comodidad con la que Martín se mueve ahí. Él es claramente un interno mucho más funcional que muchos de los que lo rodean y, sin embargo, parece sentirse parte de ese espacio más que del afuera. Toca su música en un teclado, compone y colabora con una bailarina que improvisa pasos mientras él interpreta las melodías.

Pero la angustia en Martín se siente latente en el film y es, en una conversación con un amigo, otro interno del hospital, que afloran las razones para esos sentimientos. Martín recibió la recomendación de sus médicos de salir de la internación y eso lo llena de incertidumbre. ¿Qué hay en el afuera? ¿Quién está ahí aún esperándolo? ¿Alguno de sus antiguos colegas lo recordará?

Solo recorre con el pianista sus últimos momentos de internación y su posterior reinserción “forzada” en la sociedad y el relato crece cuando, además de mostrarnos lo que le acontece a Martín, vemos lo poco amigable que es la sociedad para aquellas personas que tuvieron que alejarse de ella. Reinsertarse no es fácil, es un proceso violento y que, muchas veces, no tiene buenos resultados, como bien descubre el protagonista a medida que las puertas se cierran y antiguos colegas parecen inaccesibles.

Pero como el propio Martín dice, en medio de un espontáneo exabrupto, hay que negociar con la realidad. Y así el pianista comienza a reencontrarse con sus primeros pasos y, desde allí, inicia su proceso de reconstrucción al mismo tiempo que se separa del Martín que, por sobreexigirse años atrás, llegó al borde de la locura.

Aunque Solo es un film documental, bien podría ser una ficción del llamado Nuevo Cine Argentino. La prolijidad y el cariño con el que se muestra al personaje y la estética con la que se refleja su estado anímico, mucho recuerdan a esos films que surgieron a mediados de la década del 90. El espectador sin dudas podrá encontrarse cara a cara con Martín Perino y sentir que lo conoce, que lo entiende y que le desea lo mejor.