Solo

Crítica de Bruno Calabrese - Cine Argentino Hoy

“Solo” de Artemio Benki. Crítica.
Ahora que tengo un alma que no tenía.

Uno de los estrenos de la CineAr TV (Se estreno ayer a las 20 y se repite el sábado 23 a la misma hora) y de la plataforma Cine.Ar Play es la película que explora la vida de un prodigioso pianista que vió su carrera interrumpida por problemas psiquiátricos. Por Bruno Calabrese.

Martín Perino fue un prodigioso pianista a muy temprana edad. Su habilidad con el instrumento le permitió ganar becas para estudiar e incluso llegar a tocar en el Teatro Colón. La fama le llegó pronto pero un problema psiquiátrico (ezquizofrenia-agorafobia-síndrome autorreferencial-ataques de pánico) derivó en que sea internado en el Hospital Borda para iniciar un tratamiento. Luego de cuatro años de estar internado, el joven es dado de alta.

El documental de Artemio Benki retrata todo el proceso de reinsertarse en la sociedad en primera persona. Las palabras de Martín son las que narran la historia, pero no como una simple , la interacción con quienes lo ayudarán con el difícil proceso de volver son quienes marcan el pulso narrativo del film. Así es como veremos a Martín dialogar con su psicólogo, con ex pacientes que harán de sostén es su vuelta al exterior. Esos encuentros son excusas qe sirven para que el joven pianista cuente sobre su pasado pero también como vive su salida.

A través de una experiencia observacional nos sumergimos en la vida del virtuoso pianista en un momento clave de su vida. Allí conoceremos su relación con otros pacientes (algunos con transtornos severos y otros más leve). En esa interacción Martín siempre se encuentra casi siempre sentado con su instrumento. El director recogerá momentos emotivos como cuando uno de los pacientes comienza a tener una crisis y el lo relaja utilizando el piano.

Pero no solo existe la relación con los internos, otro pilar que será fundamental en su proceso de reinvención: la profesora de baile del hospital. Es ella quien interpreta, junto a otros pacientes las piezas que Martín compone y quien colabora para que sienta la importancia de sus interpretaciones. Por que una de las razones que más hacen sufrir a Martín es la aceptación del otro, el reconocimiento de su trabajo que lo haga de salir de esa soledad que lo hace sufrir, mucho más ahora que debe volver a su vieja rutina.

Entre charlas con otros ex pacientes encontrará la manera de reflexionar sobre todo lo vivido. Sobre sus autoexigencias, como su rigidez mental no le permitió negociar con la realidad y lo condujo a la crisis que truncó la carrera. Al salir encontrará que las palabras de uno de ellos es la realidad de cada uno de ellos, no encontrar nada que hacer, volver a los miedos por la falta de costumbre que genera el estar encerrado. Martín deambulará por espacios culturales para que lo dejen tocar sin darse cuenta que el lugar no es el adecuado para su música (intenta entrar en un encuentro de metaleros).

El film tiene un quiebre en la mitad, con un salto en el tiempo donde nos encontraremos a Martín con el pelo largo. Sin lugar donde tocar, recorriendo la ciudad en busca de un piano para tocar. De vez en cuando la cámara toma sus manos que permanentemente juegan con un piano ficticio, lo que demuestra la imperiosa necesidad de conectarse con el instrumento. Pero también vemos su casa, de grandes dimensiones, a medio terminar y su soledad en esa inmensidad. También interactuará con gente de su infancia para volver a conectarse con su pasado, a quienes narrará sus vivencias, reflexionará sobre su soledad y su pasión por el piano, siempre en conjunción con imágenes cargadas de simbolismos visuales.

Al igual que en “Claroscuro” de Scott Hicks, basada en la vida de otro pianista, David Helfgott, el film refleja los dos lados de la personalidad del protagonista, con la diferencia que acá lo hace desde lo observacional. Logrando que “Solo” sea un documental transparente cargado de emociones, donde lo bonito de las composiciones musicales hace contraste con la soledad de Marín, dejándonos una sensación agridulce sobre un ser que lucha contra sus propios fantasmas internos.

Puntaje: 90/100.