Solo (2015)

Crítica de Gustavo Castagna - Tiempo Argentino

La canción no es siempre la misma

Historia de aprendiz de músico con ansias de triunfar, la opera prima de Guillermo Rocamora se maneja en ese tono asordinado y melancólico tan recurrente en el cine uruguayo de los últimos años.

Historia de aprendiz de músico con ansias de triunfar, la opera prima de Guillermo Rocamora se maneja en ese tono asordinado y melancólico tan recurrente en el cine uruguayo de los últimos años. Aquellos títulos fundacionales de una forma de producir y hacer películas concebidos por la dupla Rebella y Stoll (25 Watts; Whisky), Stoll a solas (Hiroshima) y continuada, entre otros, por Daniel Hendler en su debut detrás de cámaras (Norberto apenas tarde) se establecen en la pequeña historia de Nelson (apático y funcional trabajo de Enrique Bastos), un trompetista de la Fuerza Aérea y su afán por ganar un concurso de música que lo alejaría de la rutina y de los temas reglamentarios que se tocan en un acto militar. El comienzo sorprende por la originalidad de la propuesta, ya que allí se observan los lugares comunes en la vida de un músico embanderado por una causa o tarea patriótica, como un componente más de la banda militar. Pero el rostro melancólico de Nelson es el elegido por el director para mostrar su rutina también familiar: una madre aquejada por la salud (Marilú Marini), una mujer que le habla con el mayor de los respetos (Rita Terranova), una hermana construida como personaje a base de silencios (la excelente Claudia Cantero) y cada uno de los compañeros militares, superiores o no en el ideario castrense. En el medio, la disyuntiva del personaje por seguir manteniendo su vida gris (que incluye la monotonía laboral como integrante de la banda) y la posibilidad de triunfar con una música personal en el democrático concurso. Solo pertenece a ese grupo de películas amables en donde las imágenes, las situaciones y la empatía de los personajes dan la sensación de acariciar y proteger a un espectador deseoso de historias bonitas y de conflictos humanos y a flor de piel. En ese territorio tan peligroso, Solo encuentra sus virtudes y también choca con sus propias debilidades y con el poco vuelo de muchas situaciones que requerían una puesta en escena de mayor tensión y no tanta blandura. Solo eso es Solo.