Soledad

Crítica de Alejandro Castañeda - El Día

La historia de Soledad Rosas, basada en otro sustancioso libro de Martín Caparrós, es la crónica de una chica rebelde, de clase media, paseandera de perros en Palermo, con novio algo marginal y gestos desafiantes, una joven que en la década del noventa se unió a un grupo anarquista en Italia para luchar contra el sistema y puntualmente contra la instalación de un tendido ferroviario de alta complejidad que alteraría el paisaje y la vida de una ciudad crecida a sombra de la FIAT. Allí Soledad acabará encontrando ideología, amor, destino y final.

La Historia salta del ayer al hoy, de Buenos Aires a Italia, y hay que estar atento, aunque la narración fluye con naturalidad. Hay autenticidad –una virtud que suele escasear en el cine de denuncia - en la pintura de sus personajes, en el diálogo y en las acciones. Es intenso y expone sin notas falsas y sin caer en falsas glorificaciones, las dudas y los argumentos de unos y otros, dándole su lugar a lo combativo sin olvidarse de poner la mirada humanizada (como la de la guardia policial) a la altura de las ideas. Acredita además una conmovedora actuación de Victoria Spinetta. Y está realizado por Agustina Macri la hija del presidente, un dato difícil de obviar. Hay una escena por lo menos sugestiva: recién llegada a Turín, uno de los líderes del grupo, le dice: “Esta ciudad tiene un patrón (aludiendo a la familia Agnelli, dueña de la FIAT) y contra ellos, contra el sistema, contra los medios, la justicia y la clase política, luchamos”. Una Macri que no halaga al poder, sino lo desafía. Y que da cuentas con sensibilidad de los fantasmas y las dudas que acompañaron a Soledad hasta un trágico desenlace. ¿Quién era Soledad? Nadie puede explicarlo, aunque Caparrós en su libro se arriesga: “El suicidio es la forma más brutal de la pregunta: quién era yo y por qué. Una pregunta que queda para siempre sin respuesta, porque el suicidio es la pregunta pura, que cierra en ella misma al expectativa de cualquier respuesta. El suicidio nos deja sin palabras: nos habla demasiado”.