Soldado

Crítica de Martín Chiavarino - Metacultura

Un atisbo al mundo castrense

El segundo largometraje del realizador argentino Manuel Abramovich, responsable de Solar (2016), es un documental que sigue de cerca el derrotero de un joven que se une al ejército como miembro de la banda del regimiento para descubrir que su visión de la institución y del trabajo que la misma realiza es un tanto distinto de la realidad.

Soldado (2017) narra los primeros pasos de un joven en el ejército argentino, institución harto desprestigiada y relegada a un segundo plano en nuestra sociedad debido a su nefasta historia relacionada con las dictaduras militares y la derrota de Malvinas, dos acontecimientos traumáticos de nuestra historia que marcan, entre otros, algunos de los desastres causados por la incompetencia y los delirios de psicópatas con cargos militares que se apoderaron del destino político de nuestro país sin aquiescencia ni legitimidad.

El protagonista descubre así que el ejército es, al igual que muchas instituciones, empresas y espacios de diversa índole, una burbuja y, al fin y al cabo, un trabajo estable en el que la disciplina es una excusa tradicional, devenida engranaje de un protocolo laxo de una institución que se sabe inútil, pero que ofrece una labor y una identidad. De esta forma el joven soldado se amolda al ejército que lo cobija y le ofrece una salida de la desocupación que le permite además enorgullecer a su familia.

El documental de Abramovich analiza la institución castrense a partir de la mirada del joven soldado con primeros planos incisivos y panorámicas que buscan ofrecer una visión sobre la pretendida disciplina que siempre se desbanda, creando así una metáfora sobre el ejército argentino y las consecuencias de su larga y merecida decadencia. Soldado es un film descriptivo y contemplativo que propone una mirada atenta e inquisitiva sobre el ejército y su rol social en la actualidad.