Slender Man

Crítica de Migue Fernández - Cinescondite

Keanu Reeves triste, lo que le gusta o no a Drake, el novio distraído, aliens, Dawson llorando, Philosoraptor, Fry con sus ojos entrecerrados, el Willy Wonka condescendiente, los hechos de Chuck Norris… ¿Quién no disfruta de un buen meme? Una imagen dice más que mil palabras y un meme en el momento oportuno es más contundente que cuanta teoría se pueda formular. Con un perfil de terror y no de comedia, Slender Man tuvo ese mismo origen. Un meme creado hace cerca de una década en un sitio, con un par de fotografías alteradas con Photoshop, una historia inventada para dar entidad a su existencia y el resto es historia. Como La Llorona, el Chupacabras o que Paul McCartney está muerto y fue reemplazado por un doble, la leyenda urbana de esta criatura alargada y con un rostro sin expresiones se pasa de persona a persona gracias a la magia de la Internet. Una película era el siguiente paso lógico para continuar la expansión de este mito, aunque teniendo en cuenta su resultado lo mejor hubiera sido que quedara confinado a la web.