Skinamarink, el despertar del mal

Crítica de Héctor Hochman - Revista Cartelera

Una de las formas de explicar la existencia de esta producción es en base a una máxima, que se desdobla. “Los avances científicos son individuales, el uso y los beneficios son generales”, lo mismo aplica con el avance tecnológico. En el primero de los casos se puede recurrir al filme “Jurasic Park” (1993), el Dr. Malcom (Jeff Goldbum), le señala a Hammond (Richard Attenboroug), uds tomaron las investigaciones de otros y las usaron sin preguntarse si es lo correcto, estaban tan preocupados por si podían que se olvidaron de preguntarse si debían, sin medir las consecuencias. Mas o menos así es la idea.

En este caso la posibilidad de acceso a la tecnología, léase cámaras de vídeo, hizo que mucha gente grabe en ese formato y crea que esta haciendo una película.

Esta producción dura 100 minutos, podría durar 1000, da lo mismo, debería durar 10 minutos, como mucho (iba a poner máximo).

Todo se desarrolla en 1995, la imagen o lo que se ve es presentado con un grano falso, como imitando la imagen de una cámara 35 mm. Es poco lo que se ve,