Sinsajo: Parte 2

Crítica de Regina Fallangi - Cine & Medios

La revolución televisada

En esta segunda parte de Sinsajo (el último libro de la trilogía ha sido dividido en dos películas), Katniss Everdeen (Jennifer Lawrence) ya está establecida en su papel de Sinsajo, de ícono de la revolución, utilizado para poder unir y organizar a los rebeldes y derrocar al presidente Snow (Donald Sutherland), el tirano de la historia.
Las tropas se organizan, la presidente Coin (Julianne Moore) y Plutarch (Philip Seymour Hoffman) arman estrategias, y mientras tanto Peeta sigue luchando contra las secuelas de las torturas que recibió en el capitolio, que lo transformaron en un arma para asesinar a Katniss.
A pesar de los planes que Coin y Plutarch tienen para ella, Katniss comienza a independizarse cada vez más, se resiste a aparecer en cámara recitando discursos escritos por otros y se torna más reflexiva respecto a lo que sucede a su alrededor. Se toma las cosas de modo tan personal que decide ir al capitolio a asesinar ella misma a Snow. A partir de ahí la historia deja de lado los discursos y las teorías y se vuelca por completo a la acción -como sucedía en las dos primeras entregas de la saga- cuando Katniss, Peeta (Josh Hutcherson) y Gale (Liam Hemsworth), junto con otro grupo de rebeldes entran al capitolio, convertido ahora en una trampa mortal, como una nueva arena para los juegos del hambre. El capitolio es aún más impactante que los escenarios de los filmes anteriores, lo que hace que la película sea visualmente muy fuerte, llena de efectos especiales, y de alguna que otra escena que provoca sobresaltos en los espectadores.
Tres cuartas partes de esta historia son pura acción, sin dejar de lado el triangulo amoroso entre los protagonistas, pero ahora sucede algo mas: las estrategias de buenos y malos ya no son muy diferentes, en la guerra todo vale, y las consecuencias de esas acciones impactan de tal forma en la vida de Katniss que la llevan a tomar una decisión que cambia por completo el rumbo de la historia, con un giro inesperado y muy interesante en el final.
Esta es la primera y única de las películas de la saga en la que además de las guerras, las injusticias y la lucha de clases, se plantea lo que sucede cuando alguien toma el poder, si quienes claman ser justos y diferentes cometerán los mismos errores, y si hay alguna esperanza de lograr una verdadera democracia.
La película tienen un relato lento a pesar de tanta acción, muestra de forma gradual los cambios y reacciones de cada personaje, especialmente de la protagonista. Todos los actores realizan muy buenas interpretaciones, especialmente Jennifer Lawrence y Donald Sutherland, las escenas juntos tienen una enorme tensión, y son algunas de las mejores del filme.
A pesar de que la película es bastante oscura, y un tanto más profunda que los anteriores, no deja de ser una saga para adolescentes -mejor que otras- pero está hecha para atraer a ese público; por eso a pesar de que la historia tiene un buen final, podría haber desarrollado aún más su contenido social y político, sin embargo pasa rapidamente a un final donde las cosas cierran de un modo accesible, sin que nadie salga del cine haciendo demasiados planteos.