Sinsajo: Parte 1

Crítica de Fabricio Esperanza - Día a Día

Aperitivo del final

La espera para los fanáticos de la saga de Los Juegos del Hambre ha llegado a su fin. Esta tercera entrega de lo que en realidad es el final de la historia dividido en dos partes, se estrenó este jueves en todas las salas del mundo para traer de regreso a Katniss Everdeen y su lucha contra el malvado Capitolio.

En realidad, las acciones de esta película se corren de los tradicionales Juegos del Hambre que dan el título a la franquicia, porque la heroína ya se encargó de dejar en claro en las cintas precedentes que el hartazgo provocado por la tiranía llegó a un pico y por lo tanto son tiempos de rebelión, de lo clandestino y de otros líderes que toman protagonismo.

En Sinsajo, uno de esos lugares lo ocupa el personaje de la presidenta Alma Coin, interpretada por Julianne Moore, en oposición al ya conocido presidente Snow, a cargo del veterano Donald Sutherland. Por suerte, no ocurre lo que lamentablemente suele suceder en las sagas con estas características (Crepúsculo, por ejemplo), eso de dormirse en los laureles de la taquilla asegurada y entregar cualquier cosa.

Aquí se ve a una Jennifer Lawrence cada vez más metida en su rol de Katniss, con todo lo que implica contar con una mochila de acción y supervivencia, y bien puede hablarse en el sentido interpretativo, como en el íntimo de la actriz y su relación con el personaje. Esto último hay que mencionarlo porque quienes esperen encontrarse con una película que derroche acción en todo momento se van a ver contrariados. Aquí lo que gana en volumen son las tramas, los diálogos y las entrelíneas que tienen que ver con la política, la sociedad, los líderes y la resistencia ante la opresión, las delaciones y los contubernios. No por nada todo transcurre en lo subterráneo.

Nostalgias por Phillip. Una cosa que se destaca en la primera parte de Sinsajo es el elenco de secundarios. Ya se mencionaron Julianne Moore y Sutherland, pero se suman Liam Hemsworth, Sam Claflin y el inolvidable Phillip Seymour Hoffman. Con su muerte, hubo que echar mano a lo digital para darle cierre a su participación, aunque ya había grabado todas sus escenas antes del trágico desenlace ocurrido el 2 de febrero pasado.

Este filme sirve para dejar las cosas bien servidas hasta el verdadero final. Por eso, cuando los créditos aparecen en pantalla, se viene una nueva espera, esta vez definitiva, hasta dentro de un año.