Sinónimos: Un Israelí en París

Crítica de Pablo E. Arahuete - CineFreaks

Europa, hazte cargo

Queda claro desde el vamos que el terrorismo asociado a los fundamentalismos más allá de las palabras e interpretaciones tiene en Europa un denominador común. No tanto como escenario predilecto de cuanta célula latente exista o lobos solitarios sino como resabio de una sociedad que practica la intolerancia a cada paso y sin distinción de geografías. Francia no es la excepción y la muestra está en las crónicas mediáticas de las últimas etapas en que los cascos amarillos y la revolución silenciosa hace media en las calles del país galo. Pero circunscribir una realidad superadora de la cual Europa debe hacerse cargo, es decir la fuerte oleada de refugiados, es apenas una cuestión de semántica. Y ahí la primera conclusión sobre la incomunicación y la expresión más emblemática de la intolerancia que atraviesa el universo del opus de Nadav Lapid.

Tal vez algo sobrevalorado por cierta crítica internacional, lo cierto es que el director vuelve a cargar las tintas sobre el judaísmo y la idiosincrasia a partir de un personaje que busca a toda costa adaptarse a la tranquilidad no belicosa de Francia. Yoav aparece casi desnudo, víctima del robo y a un paso de morir congelado. El refugio llega desde una pareja de jóvenes franceses con quienes entabla inmediata ligazón, además de ocupar el centro de interés con sus historias en la Israel que decide abandonar para probar las mieles de la ciudad luz.

Será un diccionario una herramienta de doble filo porque en la búsqueda de palabras para expresar sensaciones y sentimientos, sacar de cuajo lo hebreo de su ropaje y mentalidad europeizante, queda siempre expuesto y a medio camino. Los sinónimos del título parecen expresar esa incomunicación de la barrera idiomática aunque también de entender cómo viven los franceses y su apatía por todo. La falta de sangre inclusive en la falta de violencia que puede llegar desde las minorías es una de las marcas que deja sembrada el director de Policeman entre alguna cuota de ironía salpicada de crítica al modelo.

A pesar de este intento despojado y de hacer un cine sin ninguna concesión, la película por momentos se contagia de una densidad y agobia en sintonía con la problemática del protagonista en su interrelación e interjuego con el entorno, el contexto y su propio pasado en Israel, sus contradicciones a flor de piel y el peso de una tradición de la cual no puede fugar.