Sinónimos: Un Israelí en París

Crítica de Juan Pablo Russo - EscribiendoCine

La migración

Ganadora del Oso de Oro del 69 Festival de Berlín Sinónimos: Un israelí en París (Synonymes, 2019), de Nadav Lapid, es una obra rigurosa que no tiene equivalente con nada a pesar de su título. y que sólo pueda describirse por sí misma.

Su personaje principal es Yoav (Tom Mercier), un israelí que desembarca en París con un diccionario y un hartazgo profundo de su país en guerra, por lo que desea nacionalizarse francés y ser enterrado en Père Lachaise.

Yoav aparece desnudo y solo en una habitación vacía. Se trata del departamento glamoroso de Émile y Caroline que lo salvaron cuando estaba a punto de morir de frío y que se convertirán en sus amigos, protectores y oyentes de sus historias a lo largo de la película. A partir de este encuentro, se suceden escenas y diálogos desplazados, literarios e inenarrables, que podrían ser independientes.

Sin embargo, el conjunto se articula en torno a un eje sólido: la especie de metamorfosis francesa a la que Yoav se lanza en cuerpo y alma para chocar una y otra vez contra el muro de su identidad nacional. Establece un régimen estricto y completo, cuasi militar, pero dicha disciplina se ve interrumpida por explosiones de deseo, rabia y desesperación que traicionan la lucha que se produce en él, entre el lugar de donde viene y el lugar al que quiere pertenecer.

Nadav Lapid opta por no limitarse a ninguno de los numerosos recursos del cine. Usa el diccionario cinematográfico sin ninguna incoherencia, más bien todo lo contrario: primeros planos o planos americanos, ángulos diversos y variados, blancos inmaculados, noches y colores, imagen agitada o fija. Para finalizar, se debería recurrir a una serie de antónimos para describir su película: exuberante y bien dirigida, cerebral y vigorosa.