Sinister

Crítica de Marcelo Artal - La letra indómita

Siniestra mediocridad

El terror es tal vez el género más difícil del cine. Es complicado generar miedo en el espectador en una industria donde prácticamente se ha visto todo. Sinister es una propuesta que arranca bien, presentando a un protagonista con conflictos concretos e introduciendo los hechos con contundencia; pero ese gran clima del principio no logra sobrevivir a medida que avanza el relato. Lo siniestro eventualmente se torna irritante.

Es difícil encontrarle puntos débiles en lo técnico a la película, porque sinceramente está muy bien hecha. La fotografía es excelente, con un gran uso de ángulos y planos en escenarios preponderantemente oscuros y lúgubres, lo que hace honor a su título: la ambientación sí es siniestra. La actuación de Ethan Hawke es también muy buena, como suele ser costumbre en este gran actor. Lo que no convence, sin embargo, es la historia. Sinister invierte en narrar una serie de hechos de forma rebuscada, sobre la base de un argumento débil e inverosímil. El problema de estas películas es que si el tema se vuelve demasiado disparatado, entonces la incredulidad termina ganándole al miedo y toda la experiencia se arruina. Sinister no sólo no es creíble, sino que además revela una trama totalmente tirada de los pelos que arribando al final decepciona.

Quizás haya algo de sustancia aquí para los más asustadizos y los amantes del género, pero el resto de la audiencia promediando la película comenzará a impacientarse o aburrirse hasta que finalmente desistirán en su interés por la conclusión. A partir de ese momento, nada de lo que suceda podrá asustarlos: justo ahí, en ese punto, es donde fracasa una de terror.