Sing ¡Ven y canta!

Crítica de Brian Macchi - Fancinema

CUALQUIERA PUEDE CANTAR

Dentro del universo de films de animación, podemos destacar factura técnica resaltando el aspecto visual; los mundos mágicos y las historias fantásticas que se narran; o los personajes extraordinarios y queribles. Y si analizáramos a Sing. ¡Ven y canta! teniendo en cuenta estas pautas, la nueva producción de Illumination Entertainment (Mi villano favorito; Minions) no se destacaría en ninguno de estos puntos. Es que si en algo se luce la película es en la presentación de personajes poco comunes para el mundo infantil, perdedores a los cuales todo les sale mal.

En principio, Sing. ¡Ven y canta! se encuentra situada en un mundo como el nuestro, pero habitado totalmente por animales, donde Buster Moon, un koala que está al frente del que alguna vez fuera uno de los teatros más importantes de la ciudad, actualmente pasa por tiempos difíciles. Buster es un eterno optimista y quizás hasta un poco sinvergüenza, pero ama tanto a su teatro que hará hasta lo imposible por conservarlo. Poco a poco ve cómo su sueño se desmorona, y es ahí cuando tiene la idea de revivir la gloria de su teatro a través del más grande concurso de canto del mundo.

El film irá presentando con agilidad y sabiduría a cada uno de los protagonistas de la historia, iniciándose con Moon y exhibiendo allí perfectamente a esas personas que tienen un amor ilimitado por el teatro, tan sólo por la pasión que el arte les motiva. Luego irán apareciendo un egocéntrico ratón que tendrá problemas con la mafia; una tímida elefanta adolescente con pánico escénico, que es presionada por su familia a cantar; una dedicada madre que tiene que atender a sus 25 revoltosos cerditos sin la mínima ayuda de su esposo; un gorila adolescente que desea alejarse de las costumbres de su familia dedicada al crimen; una puercoespín rockera, que debe sobrellevar la actitud de su engreído novio e iniciar una carrera como solista. Cada uno llega al teatro de Buster creyendo que está ante la oportunidad perfecta para cambiar el rumbo de sus vidas.

Y esa búsqueda de redención, de superación, es el punto destacado de esta realización. Aquí no veremos espectaculares paisajes, una animación detallista, ni una producción que te hará llorar de risa. Sing cuenta la historia de perdedores que dan todo lo que pueden por tratar de superarse, por tratar de ser mejores, intentando sobreponerse a todos los obstáculos que afrontan en sus vidas. En esa presentación de personajes sufridos, donde todo les sale mal, el film es una sucesión de tragedias que se presentan con algún chiste de por medio para que resulten más digeribles, pero que en su fondo representan la tristeza y la angustia que viven estos personajes.

Tal vez el público infantil (al cual va dirigida esta película) no llegue a captar la desolación del film, identificándose con algún personaje más que otro por gusto personal, aunque quizás la esencia del mensaje sea captado. Allí la perseverancia y el sacrificio pueden llegar a dar sus frutos. Donde cualquiera puede cantar y superar las dificultades que le impone la vida. Es cuestión de tomar valor, animarse, subirse al escenario y empezar a entonar.