Sinfonía en abril

Crítica de María Bertoni - Espectadores

Desembarca esta tarde en el cine Gaumont una pequeña muestra de la capacidad del pueblo armenio para combatir el silencio cómplice, el negacionismo, el riesgo de olvido derivado de la diáspora y del paso del tiempo. El retazo en cuestión es un documental argentino sobre los actos conmemorativos que tuvieron lugar en Buenos Aires y Ereván el 24 de abril de 2015, por el centenario del genocidio a manos del imperio otomano. Sinfonía en abril se titula, y lleva el sello del Grupo de Boedo Films.

La película de Claudio Remedi y Teresa Saporiti anula los 13.300 kilómetros que separan nuestra ciudad de la capital armenia, a partir de la articulación del material fílmico registrado acá y allá. La crónica de los ensayos y del Día D crea una dimensión espacio-temporal donde los descendientes de los sobrevivientes de la barbarie turca que migraron a la Argentina conviven con aquéllos que permanecieron en el Cáucaso sur.

En esta dimensión difícil de representar también mora la memoria colectiva e histórica de los armenios. Los realizadores consiguen retratarla en las clases dictadas a alumnos de quinto año del secundario del Instituto San Gregorio El Iluminador, en los ensayos del coro Cien Voces por Cien Años y de distintos conjuntos de danzas folklóricas, en un tradicional desfile a caballo, en los trabajos de curaduría realizados en el museo Matenadaran, en las ofrendas florales depositadas en el monumento Dzitsernagapert.

A Remedi y Saporiti les bastan escasas imágenes de archivo para recordar el crimen de masas que el denominado Gobierno de los Jóvenes Turcos perpetró entre 1915 y 1923. A todas luces les interesa menos retrotraernos a la ejecución de aquel exterminio convenientemente disimulado detrás de la Primera Guerra Mundial que reivindicar el reclamo de Memoria, Verdad, Justicia realizado un siglo después. En este punto corresponde aclarar que no es caprichosa la transcripción de la célebre consigna argentina, dada la decisión de incluir entre los actos destinados a conmemorar aquel horror centenario un homenaje a los ciudadanos de origen armenio que desaparecieron en nuestro país durante la dictadura de 1976 a 1983.

Con tino, Remedi y Saporiti les conceden especial protagonismo a los jóvenes. Las secuencias filmadas en el aula señalan la importancia de ofrecerles una formación irreductible a la enseñanza de fechas y cifras históricas. La clarísima invitación pedagógica a reconocer violaciones a los derechos humanos de otros pueblos y cometidas en la actualidad sensibiliza especialmente a los espectadores convencidos de que los crímenes de Estado no son ni exclusivos de un solo país ni un fenómeno del pasado.