Sinfonía en abril

Crítica de Jessica Johanna - El Espectador Avezado

Dirigida y escrita a cuatro manos por Teresa Saporiti y Claudio Remedi, “Sinfonía en Abril” es un documental sobre el centenario del Genocidio Armenio. Lo que hacen sus realizadores es enfocarse en la ceremonia y en sus preparativos. Así, no explora específicamente el genocidio ni hay historias personales en el medio, de hecho no hay ni un solo testimonio, sólo se dedica a observar.
Diferentes formas de prepararse para esa fecha. Una marcha hasta el memorial llevando flores y ofrendas, una restauradora con un antiguo libro sobre la historia de su país, un grupo practicando danzas típicas, un coro ensayando el homenaje, una campaña de donación de sangre y clases escolares sobre el genocidio armenio son algunas de las líneas narrativas que paralelamente se van desarrollando tanto en Buenos Aires con la colectividad armenia de acá como en Ereván, capital de la República Armenia.
Todo para confluir en la ceremonia, con esa sinfonía que da título a la película. La cámara generalmente elige no acercarse, observar sin introducirse, ser un testigo. Claro que en la elección de las imágenes luego surgen diferentes reflexiones, especialmente sobre el pasado y el presente y la importancia de la historia y su memoria. Todo esto de una manera siempre más bien sutil.
Al no abundar en detalles ni acercarse demasiado a ningún personaje en particular, tampoco explorar al genocidio en sí, ni cómo ni por qué se dio, por momentos se lo siente algo frío o distante, interesante siempre por su temática poco tratada pero con la sensación de que falta algo de profundidad, algo que nos introduzca un poco más.
Un singular tratamiento del tema, singular principalmente porque elige correrse de la tragedia y de lo más doloroso, pero no lo niega ni lo esconde, sólo que elige mostrar a personas que se juntan con alegría para conmemorar y comprometerse con la historia de su país.