Sin límites

Crítica de Marcelo Menichetti - La Capital

Alguna vez alguien lanzó la versión de que el ser humano utiliza sólo el 20 por ciento de su capacidad cerebral (y no todos, por supuesto). Un escritor en crisis, sumido en un laberinto que lo lleva al fracaso y a la pérdida de su pareja, consigue dar un vuelco a su vida gracias a una milagrosa gragea que le proporciona un amigo. Es una droga que consigue potenciar la capacidad cerebral y sí consigue superar un presente sombrío y casi miserable. Cuando alcanza un éxito inesperado al triunfar con sus obras y saltar al gran mundo de las finanzas adivinando qué sucederá antes de que se produzcan los acontecimientos, debe sortear peligros que nunca supuso que iba a enfrentar. La seductora propuesta de Neil Burger logra momentos de suspenso muy logrados, pero el interés decae ante la repetición de situaciones que bien podrían haber quedado en la mesa de edición.