Sin límites

Crítica de Isabel Croce - La Prensa

Una pastilla demasiado mágica

El director Neil Burger ("Red social") dota al filme de cierto suspenso, alguna dosis de tensión, vertiginosidad y mucha violencia, acompañado por un impecable diseño de producción

Edie Morra escribe. Pero ahora tiene lo que se conoce como "síndrome de la página en blanco". Alguna barrera mental le impide conectarse con lo que mejor hace y no puede escribir ni una línea. Y entonces le llega la solución o el comienzo de su tragedia.

El encuentro con un viejo amigo. Uno de esos simpáticos compañeros de algún momento, que nunca se sabe a qué se dedican, de qué viven, pero siempre están en el mejor lugar, en cualquier momento. Parece que el amigo está en contacto con un laboratorio y tiene unas misteriosas pastillas que según le dice a Edie, lo pueden ayudar en su bloqueo.

Edi adeuda la renta de su pieza en un barrio de cuarta, está peleado con su novia, sabe que no escribe bien, pero este problema del bloqueo lo preocupa. Y entonces se traga la pastilla. Lo que ocurre lo ingresará a una espiral de vértigo y locura de la que será muy difícil salir.

LOS CAMPOS OSCUROS

El filme se basa en el libro del irlandés Alan Glynn, "Los campos oscuros" (2001) y su versión fílmica, por su estructura simple y efectista recuerda la estructura de una historieta, o de un guión clase B de cine de los "70.

Lo que atrapa es el ritmo y dos actores: Robert De Niro, en un breve pero significativo papel y Bradley Cooper, un actor al que le dicen "el nuevo Brad Pitt" y realmente atrae y obliga al espectador a no distraer mucho la atención más allá de su persona. Lo que sigue es la historia de este escritor de segunda, convertido por la pastilla, en uno de primera y en un especialista en cualquier tema que aparezca. Esto en vez de solucionarle los problemas, se lo complican, porque el poder se interesa por él, como ocurre con el hombre de negocios, Carl Van Loon (Robert De Niro).

Detrás suyo vendrán los estafadores de siempre, la mafia rusa y todo lo que pueda ser muy molesto para cualquier persona.

El director Neil Burger ("Red social") dota al filme de cierto suspenso, alguna dosis de tensión, vertiginosidad y mucha violencia, acompañado por un impecable diseño de producción. Las incongruencias de la historia no afectan demasiado al público de este tipo de género, que priorizan impacto y acción, pero el nivel de la segunda parte baja, se reitera, aunque logra mantenerse hasta el final.