Sin límites

Crítica de Alberto Harari - MI CINE - por halbert

El treintañero Eddy Morra (el cada vez más ascendente Bradley Cooper, de “¿Qué pasó ayer?”) es un escritor fracasado, sin motivación y con pocas perspectivas personales y profesionales cuya vida cambia de repente cuando, en medio de una crisis creativa, un conocido le da una pastilla de NTZ, un fármaco nuevo y revolucionario que permite a su cerebro utilizar todo su potencial. De esta forma, al ingerirlo, su lucidez está al 100%, pudiendo resolver, no sólo su bloqueo, sino sus problemas emocionales, laborales y románticos. A pesar de mantener en secreto la existencia de esta extraordinaria droga, Eddy capta la atención de un multimillonario empresario (Robert De Niro) y de un gángster ruso (Andrew Howard), poniendo en peligro su vida.
Es interesante el tratamiento fotográfico del filme, donde ambos “mundos” del personaje (antes y luego de ingerir la droga) se diferencian por la saturación y el brillo de las imágenes.
Dirigida por Neil Burger ("The Illusionist", "Interview with the assassin") y basada en la novela "The Darks Fields" de Alan Glynn, este provocador filme rodado en Nueva York y con algunos exteriores en Puerto Vallarta (México) se completa con la presencia de Abbie Cornish ("Bright Star"), una joven actriz australiana que empieza a pisar fuerte en Hollywood, habiendo protagonizado el último filme dirigido por Madonna, “W.E.”, proyectado en el Festival de Venecia. Cornish tiene a cargo una interesante secuencia de acción dentro del filme, con una pista de patinaje sobre hielo como escenario de fondo.
Con vibrante ritmo, el filme avanza sin detenerse, hasta llegar a un angustiante climax, para nada predecible, logrando un visionado muy entretenido, para pasar un buen rato.