Sin dejar rastros

Crítica de Luciana Morelli - A Sala Llena

¿Sabía usted que….

… Quirino Cristiani fue el creador del primer largometraje de animación del mundo? Y lo hizo nada más y nada menos que en Argentina. Sin Dejar Rastros (2015) es un documental que busca homenajear a Cristiani, animador, dibujante e historietista italiano, que a principios de siglo XX inventó un sistema de animación que hizo posible que en Argentina se estrenara El Apóstol (1917), el primer largo animado del mundo. Siguiendo la cronología, Sin Dejar Rastros (1918) fue el segundo largo animado silente del mundo y, gracias a los archivos, se sabe que trataba el episodio del hundimiento del buque argentino “Monte protegido” por parte de un submarino alemán durante la Primera Guerra Mundial, generando un debate acerca de la posición neutral que Argentina había declarado. El film, que contaba con dibujos y guion del mismo Cristiani, duró tan solo un día en cartel, ya que fue censurado de inmediato y, paradójicamente, fiel a su titulo, no se han conservado copias.

La perla del documental es el trabajo de su nieto, Hector Cristiani, quien junto a un equipo de animadores, vuelven a dar vida a algunas piezas originales de marioneta que pertenecieron al primer largometraje animado sonoro, que supo llevar el nombre de Peludópolis (1931), sátira política acerca del golpe de Uriburu.

En 1957 y 1961 se produjeron dos incendios que destruyeron todas sus películas, de las cuales solo se conserva El Mono Relojero (1938).

Con entrevistas y testimonios de colegas de la animación y un trabajo profundo de investigación de archivos históricos, Sin Dejar Rastros incentiva al espectador a seguir buscando por su cuenta más datos acerca de este entrañable personaje, valorar nuestra cultura y entender que en Argentina no sólo se inventó el dulce de leche.