Sin dejar rastros

Crítica de Ariel Abosch - El rincón del cinéfilo

Los que realizan documentales tienen el objetivo de informar al público sobre un hecho en particular, una situación extraordinaria, o sobre alguna persona o personaje olvidado que puede haber sido hecho adrede o por desinterés de la gente en mantener la memoria viva, o tal vez por considerar que es poco importante como para recordarlo.
Este es el caso que toma el director Diego Kartaszewicz, sobre un historietista que se volcó al mundo de la industria del cine, y para desarrollar su talento se convirtió en el creador de la primera película de dibujos animados de largometraje en el mundo, cuando fue contratado por la Cinematográfica de Federico Valle, para hacer dibujos animados al cierre de cada noticiero fílmico.
Así, prácticamente sin planificarlo, Quirino Cristiani se convirtió en un pionero, porque fue un autodidacta y, por lo visto, muy ingenioso al construir a mano cada dibujo en cartulina negra y los bordes blancos. Para darle movimiento las articulaciones estaban cosidas con hilo negro y luego de cada foto movía el dibujito y podía lograr tener una continuidad en el desplazamiento. Pero también fue precavido y registró esta técnica en 1917, convirtiéndola en un negocio.
Estos dibujos tenían referencias políticas para ilustrar las noticias que se proyectaban en los cines, y luego, el 09 de noviembre de 1917, estrena el primer largometraje dibujado que titulo “El Apóstol”, en el que se dedicaba a criticar a los político, y fundamentalmente a satirizar al gobierno de Hipólito Irigoyen. Fue un gran suceso, se daban varias funciones por día, el público se divertía, y las críticas de la época le eran favorables.
La segunda película se llamó “Sin dejar rastro”, pero fue suspendida por la municipalidad convirtiéndose en el primer film animado censurado del mundo.
En 1931 continuó con “Peludópolis”, que estaba sonorizado por medio de discos.
Lamentablemente no hay registros de estas películas, porque el depósito dónde estaban guardadas se incendió, pero, por suerte, hay archivos de los diarios que certifican que todo lo dicho fue verdad.
La historia es relatada en su mayor parte, con voz en off y en on, por su nieto, Héctor Cristiani, matizada con entrevistas a otra nieta y a dibujantes de distintas edades que conocían su biografía.
Afortunadamente hubo alguien que rescató a este personaje en todos los sentidos de la palabra, y nos acercó a los orígenes de una creación que revolucionó al séptimo arte.