Sin control

Crítica de Lucas De Caro - Toma 5

¿LA VENGANZA NUNCA ES BUENA?

Una de las grandes moralejas que sin dudas nos dejó “El Chavo del 8” es que “la venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena”. Pero, ¿qué pasa cuando lo único que queda en la vida es hacer justicia por lo que le han hecho a uno? ¿Ese consejo vale igual para todos? ¿Acaso el tradicional “diente por diente” no alimenta el espíritu? Keanu Reeves vuelve con todas sus armas a la pantalla grande y mirando al cielo le responde a Chespirito: “La venganza siempre es buena, llena el alma y la potencia”.
Dirigida por Chad Stahelski y David Leitch, dos viejos stunts con apariciones en “El club de la pelea” (1999), “V de Vendetta” (2005) y “300” (2006), entre muchas otras, llega al cine “Sin control”, una historia llena de acción, ritmo y furia. Luego de pasar muchos años aprendiendo de quienes los rodeaban y adquiriendo experiencia, parece que estos dos ahora apuestan por la labor detrás de cámaras junto a la participación de una estrella de lujo con la que ya habían compartido experiencia en “Matrix” (1999) y “Constantine” (2005). Además, “Sin Control” cuenta con la producción de Basil Iwanyk, el mismo de “Furia de Titanes” (2010) y “The Town” (2010).
El relato comienza con un flashforward en la que observamos una escena que se entiende poco pero aun así es efectiva por la intriga y los escalofríos que genera. Luego de eso, se comienza a revelar de qué va la trama: John Wick (Reeves) es un ex asesino a sueldo que vive triste en su lujosa casa de Nueva York debido a la prematura muerte de su esposa, quien ha decidido dejarle un último regalo para que no se sienta tan solo: un perro. Piloteando a toda marcha su Ford Mustang Cobra 1969 por las calles estadounidenses, se topa con un grupo de mafiosos que le traen serios problemas y le quitan lo poco que le queda. Sin embargo, hay algo que no han logrado arrebatarle: su sed de venganza. A partir de ahí, John perderá el control y la acción seguirá hasta que la sala encienda sus luces.
Sin dudas, la película se destaca por su gran elenco. Keanu Reeves, quien sigue apostando a la acción a pesar que desde su famoso papel de Neo no ha logrado dejar maravillado a todo su público, regresa con el mismo estilo que lo consagró y parece que esta vez la cosa se pone seria ya que quiere reivindicarse como uno de los mejores actores que sabe utilizar las armas y atacar. Willem Dafoe, quien luego de trabajar con Wes Anderson y haber encarnado al famoso director italiano Pier Paolo Pasolini, da el presente con su eterna cara arrugada transmitiendo la maldad y el miedo que ya todos conocemos. También tenemos a Alfie Allen (Theon Greyjoy en “Game of Thrones”), y a Michael Nyqvist (Mikael Blomkvist, el personaje masculino principal de la trilogía sueca “Millenium”).
Para los fanáticos del género, es importante mencionar que ir a ver esta película es como invertir una ficha que sale o sale. Es una certeza que esta es una obra cuasi perfecta que representa en su totalidad lo que es el cine industrial. Si sienten vértigo cuando matan a un mosquito o piensan que están haciendo algo loco cuando corren al colectivo, es seguro que esta película los impactará por completo. Todo pasa por consecuencia de una causa conocida, el contexto es totalmente paralelo a nuestras vidas y los negros solo figuran detrás de un mostrador. La historia no tiene tanta novedad ni grandes sorpresas, pero no los dejará respirar ni un solo segundo.