Sin City 2: Una mujer para matar o morir

Crítica de Diego Curubeto - Ámbito Financiero

Menos novedosa pero aún eficaz

Hace una década, el famoso autor de comics Frank Miller unió fuerzas con Robert Rodriguez para hacer algo asi como el súmmum de la historieta llevada al cine, algo logrado gracias al potencial de la tecnología digital. Un elenco multiestelar encabezado por Mickey Rourke y Bruce Willis (y hasta un director invitado: nada menos que Quentin Tarantino) dando vida a auténticos cuadritos de historieta animados, todos de corte sórdido y ultraviolento, conseguía que el producto resultara realmente novedoso, y nadie se extrañó cuando en el mismo instante de su estreno norteamericano, Miller y Rodriguez anunciaran el proyecto de una segunda parte.

Por esos misterios del show business, la secuela no pudo ser producida entonces y aparece recién ahora. El elenco es bastante similar, con algunos personajes nuevos a cargo de otros actores, y el look de la nueva "Sin City" intenta ser exactamente la misma combinación de film noir pasado de rosca y comic en movimiento de antes. El lado bueno es que realmente el estilo visual lo que en este caso quizá sea lo más importante- es fiel al original. La única diferencia es que este tipo de comic digital para la pantalla grande ya no resulta tan novedoso.

En todo caso, de las cuatro historias que en su mayoría funcionan como precuelas de las del primer film, al menos hay dos bastante buenas, y en general permiten que algunos miembros del elenco se luzcan a pesar de aparecer totalmente deformes, empezando por un Mickey Rourke con un aspecto tan fiero como para recordar su brillante maquillaje para "Johnny Handsome" de Walter Hill. Su personaje está en un lío por motivos que no termina de recordar del todo, pero pronto está dándole al film la dosis de violencia necesaria como para que nadie se olvide de qué trata "Sin City".

Joseph Gordon-Levitt protagoniza una de las mejores historias, encarnando a un tipo que tiene el don de jamás perder a ningún juego de azar, lo que no siempre trae suerte, sobre todo cuando le gana al póker a un político corrupto al que no le gusta para nada ser el perdedor. Powers Boothe interpreta brillantemente a este temible villano que casi se roba la película, empezando por el hecho de que aparece en dos de los relatos.

Las mujeres fatales Eva Green, Rosario Dawson y Jessica Alba aportan el toque de erotismo cruel indispensable para recrear los iconos del cine negro (filmado en una insistente mezcla de blanco y negro que a la mitad del film se vuelve un poco repetitiva como recurso visual), y la gran sorpresa de esta secuela es Christopher Lloyd interpretando al personaje más desopilantemente guarro de la película.